El Día del orgullo LGBTQ+, cimbró el gran “castillo de naipes” del machismo y los prejuicios en el mundo. En algunos países avanzados y democráticos, donde el respeto a los derechos humanos forma parte ya, de la vida cotidiana, se realizaron desfiles, festivales y actividades diversas para mostrar al mundo el derecho a la libertad y a la diversidad del ser humano. En otros donde campean aún los prejuicios y la doble moral se reprimió todo intento de expresión pública de la diversidad sexual y del derecho a manifestar la identidad propia de cada persona como individuo. Hubo incluso encarcelamientos y violencia policíaca. Cuando no, ocultamiento e indiferencia.
En nuestra ciudad como en otros años, pero más que otros años, con apoyo del Ayuntamiento, un magno desfile recorrió las calles del “centro”, que agrupó a un gran número de manifestantes calculado por las autoridades e más de 20 mil personas, entre miembros activos de la comunidad LGBTQ+, familiares y simpatizantes.
El desfile culminó en la avenida Revolución, cerca del Reloj monumental, donde se montó un gran escenario para celebrar el Día, presenciar una serie de números artístico y la presentación de la estrella Ex–Timbiriche Paulina Rubio que vino hasta esta equina de México a expresar su solidaridad con la causa del respeto a la diversidad sexual.
Marcha y festival en la Revolución, duraron varias horas y tuvo muestras de una gran algarabía. Algunas personas me dijeron que todo estaba bien, pero que consideraban que algunos participantes mostraban “cierto exhibicionismo”, y que ellos consideraban que esto era poco serio y hasta un tanto agresivo. Y que eso era lo malo de este tipo de personas… Yo le respondí que en realidad el exhibicionismo no era característica particular de ningún grupo humano sino una característica que se encuentra en todo tipo de persona no importa el sexo, la edad, ni siquiera la educación o la condición social o económica.
Pero por otro lado, es importante que todas la personas en particular la comunidad LGBTQ+ se manifiesten y exijan respeto. Durante mucho tiempo, junto con otros grupos como las mujeres, los indígenas y marginados de todo tipo, han estado siempre ante el sometimiento, represión, explotación y abuso de poderosos, prejuiciosos, retrógrados y gente perversa, que cree ser superior o tener la razón absoluta.
Envío: Todo ser humano tiene derecho a vivir plenamente su vida personal. Su único limitante: el respeto a los derechos y dignidad de los demás.
Envío: “Honor a quienes murieron por Tijuana”.
(El autor es Cronista de la ciudad y catedrático del CUT)
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