Muchas leyendas son compartidas por varios estados, incluso países. Tal es el caso de “La Cegua”, una mujer hermosa con cara de caballo como muchos dicen. Esta historia lleva muchas versiones, pues a lo largo de los años se ha ido modificando, incluso en los diversos países que es conocida cambia un poco la historia dependiendo las costumbres de cada uno.
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‘La Cegua’ también es conocida como Siguanaba, Segua o Tzegua. Nombres que se le dan en algunos lugares de México y Centroamérica.
Se trata de un ser espectral que tiene cuerpo de mujer, con un rostro hermoso y largos cabellos largos y negros, siendo de una figura delgada y delicada, con vestimentas delgadas que marcan las curvas de su cuerpo, sin embargo, se dice que una vez con una víctima su cara cambia a la de un caballo espeluznante, a veces con la carne putrefacta.
Cuando aparece por las calles se dice que no mira a sus víctimas de frente, sino que siempre les da la espalda. Para que los “hombres infieles” caigan ante los encantos de verla semidesnuda, una vez que la alcanzan ella gira y logran apreciar que el bello rostro que miraron de lejos no es más que el de un caballo grotesco y con la carne podrida. Llegando a volverse locos por lo que vieron.
En otra versión, cuentan que la mujer engaña indiscriminadamente, siendo hombres o mujeres que llegan a volverse locos una vez que la ven, incluso los niños que se dejan llevar son llevados al bosque para que se pierdan entre los inmensos árboles y la obscuridad.
Otra historia que se cuenta es que la “Cegua”, fue una mujer sumamente hermosa, casada y enamorada de su marido. Aunque todos los hombres trataban de conquistarla y convencerla de dejar a su marido nunca lo lograron.
Pero un día llego un joven apuesto que robo el corazón de la bella mujer, fue como amor a primera vista entre ambos. A pesar de su matrimonio, sostuvieron un amorío que duro un tiempo.
Pero su marido llego a enterarse de la aventura, se volvió loco de los celos. Busco al amante de su esposa, acabando con su vida. Pero el castigo fue peor para su conyugue, pues la ato a un caballo y él monto al animal para correr y arrastrar a la mujer. Solo se llegó a escuchar sus lamentos hasta que no se escuchó nada.
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Desde entonces se dice que el alma de aquella mujer cabalga ese caballo y espera a los infieles para castigarlos como la castigaron a ella en vida.
