En Nepal, cada año se celebra el festival denominado Tihar, Deepawali o Diwali en el mes de octubre; una de las celebraciones más grandes del país asiático que dura cinco días, de los cuales, cuatro son para hacer homenaje a distintos animales.
Cada día se reza, alimenta y agradece a un animal distinto, siendo el segundo el correspondiente al perro, al cual le llaman Kukur Tihar. Durante la celebración, se coloca a los perros guirnaldas de flores en el cuello y la pundra o tika, es decir, la marca en la frente hecha de un polvo color rojo intenso llamado abir, lo que representa la sabiduría del tercer ojo.
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Por último, ofrecen a los perritos todo tipo de comida que se buena para ellos, por ejemplo: carne, huevo, cacahuates y platillos preparados. Cabe destacar que, absolutamente todos los perros gozan de este homenaje, tanto los perros domésticos, así como sin hogar, y de servicio.
¿Por qué se celebra?
Esta tradición viene de una leyenda que forma parte de la mitología hindú. De acuerdo con su historia, existió un príncipe llamado Yudhisthira, quien murió y ascendió al cielo en compañía de su perro, sin embargo, al encontrarse con Indra (Dios de los cielos, de acuerdo a la mitología), este le negó la entrada, y le pidió dejar a su perro para poder entrar al paraíso.
Ante esto, el príncipe Yudhisthira se negó, y contestó a Indra que no abandonaría a su compañero, pues este lo acompañó en sus peores momentos, y dejarlo ahora sería un acto de traición.
Indra, asombrado ante el razonamiento del príncipe, aceptó al perro en los cielos, convirtiéndolo así en un Dios. Gracias a esta leyenda, dentro de la creencia hindú, los perros son comunicadores del otro mundo y guardianes de los cielos; por lo que cada año, se celebra el vínculo tan fuerte que los caninos han desarrollado hacia los humanos durante años.