Daniel Ángel Rubio
Tijuana.- Que hay quienes no tienen un mínimo de conciencia cuando se trata de limpieza, no cabe una sola duda. En esta imagen, alguien que, al parecer, decidió renovar la sala de su casa no tuvo empacho en sacar su antiguo sillón a la vía pública para deshacerse de él. ¿Dónde terminará? nadie lo sabe.
Ya viene la temporada de lluvias y es común que las corrientes de agua arrastren muebles como estos, que si tienen suerte pueden terminar en un desarenador junto a más basura pesada o, en el peor de los casos, tapar alguna alcantarilla y provocar encharcamientos en las vialidades.
Pero del otro lado está la incertidumbre a la que se enfrentan los ciudadanos cuando descubren que los camiones recolectores de basura no tienen condiciones para llevar al relleno sanitario objetos de gran tamaño como este sillón.