Tijuana.- Félix Preciado sube al torno de alfarero para trabajar la arcilla, de un pequeño recipiente de plástico toma agua con una mano y remoja el barro que gira cada que Félix empuja con su pie derecho la rueda de madera que tiene debajo de él.
El artesano de Guadalajara se encuentra en uno de los locales del Mercado de Artesanías en Tijuana, ubicado en la calle Benito Juárez de Zona Centro, y cuenta que empezó a trabajar el barro a los ocho años, para ayudar a su familia.
“Nunca terminaría uno de expresar ese sentimiento que uno lleva por dentro, de que somos tierra”, menciona mientras moldeaba pequeños jarros.
En 2001 llegó a ese lugar por uno de sus hijos que tiene más de 20 años ahí, pero regresó a Guadalajara y volvió a Baja California el año pasado para trabajar en esta frontera.
“20 años después, el mercado lo vio muy pobre en cuanto a promoción (...) Este es un mercado con almas, por ahí una que otra”, dice el artesano.
Cualquiera que visite ese conjunto de locales no dudaría en darle la razón al señor Félix; en los pasillos apenas se ven clientes y una descolorida lona intenta promover el lugar.
El presidente de Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana (Cotuco), Gilberto Leyva, reconoce que el mercado no ha estado recibiendo la suficiente atención.
“Hubo mucho tiempo que los directivos no le metían muchas ganas, ahorita hay una mesa directiva con la cual estamos en contacto, ellos sí tienen la intención de reactivar esa zona”, respondió.
El presidente de Cotuco dice que están buscando que el mercado forme parte de los recorridos que realizan los operadores turísticos.
David Herrera, coordinador de la mesa directiva del Mercado de Artesanías, dice que es el mercado más grande de su tipo en la ciudad, pero solo están operando dos terceras partes.
El lugar cuenta con 36 locales, entre talleres y tiendas, pero solo hay 24 en funcionamiento, que sobrevive principalmente de personas que vienen de Estados Unidos.
Félix camina entre las artesanías que vende con su familia, algunas de ellas traídas de Tonalá, Jalisco.
En el local hay aves coloridas colgando del techo, figuras religiosas, geométricas y macetas de diferentes tamaños, entre otras cosas.
“Esto era mi intención en parte, venir, buscar, encontrar un lugar donde expresar, realizar algo de lo que todavía puedo hacer”, menciona.
Como él, seguramente muchos artesanos más, que hablan con el trabajo de sus manos, esperan que realmente el Mercado de Artesanías se convierta en un punto de visitas obligadas de los turistas.