Daniel Ángel Rubio
Tijuana.- El sol de la mañana golpea duro a Pedro Amador Torres mientras camina en la orilla de la canalización del río Tijuana, donde se encuentran deportados, migrantes en curso y personas sin hogar.
Él fue expulsado de los Estados Unidos este año, y aunque al llegar aquí encontró trabajo en una empresa de seguridad privada, en lugar de ayuda recibió abusos.
“Como le faltaba personal, casi la mayoría del tiempo me dejaba doble tiempo. En vez de trabajar 12, trabajaba 24 horas”, contó.
Supo del empleo por un conocido en uno de los albergues en los que estuvo inicialmente, porque ahora pasa la noche en la calle cuando no encuentra techo.
Fueron alrededor de tres meses de trabajar para la empresa LM Corporativo, fundada en 2016 y dirigida porLuis Montiel Jiménez, sin recibir el pago justo por su tiempo adicional de trabajo.
“Cuando fui a cobrarle me dijo, ‘ve a la policía, ve a la ley, a donde quieras. Anda, córrele’”, cuenta Pedro sobre su empleador.
Después de reunir adeudos por las horas extra que no se reflejaban en su salario, contó, decidió renunciar cuando no le pagaron una semana, y todos sus compañeros sí cobraron.
La respuesta de Montiel Jiménez fue una condicionante, si no se regresaba a trabajar, mucho menos cobraría su salario, agregó.
Esto lo hizo volver, pero solo le hicieron llegar 500 pesos de los dos mil 500 que ganaba semanalmente, anotó.
Amador Torres ya presentó una demanda en contra de su expatrón y lo único que pide es que le paguen por el trabajo realizado.
“Ahorita voy a ver si hago algo en ‘la línea’, limpio un carro o algo para comer al rato. Hay que buscarle”, platicó.