Tijuana.- El primer rescate de Miguel Ángel como salvavidas ocurrió en septiembre de 2021. Aquella ocasión, él y su compañero salvaron a una persona que se había atorado en el muro fronterizo de Playas de Tijuana.
A casi un año de ese hecho que marcó su vida, aún recuerda las sensaciones que le vinieron al cuerpo al ver que un individuo dependía del trabajo que él realizara, para sobrevivir.
“Nos hablan de torre que había alguien agarrado de los tubos y rápido nos acercamos, no tuve tiempo de pensar mucho. Un compañero y yo entramos y alcanzamos a recuperar a la víctima justo cuando se hundía. La sacamos y ya que está fuera del agua, realizamos el protocolo y solo pensábamos que si no hubiéramos llegado, esa persona se hubiera ahogado. Empecé a temblar y reflexioné que esto es algo serio”, relató el joven de 21 años.
Desde aquel entonces, Miguel Ángel Coniglio Salgado ha rescatado a nueve personas de ahogarse; gracias a su labor, nueve seres humanos conservan la vida.
No se considera un héroe y disfruta de ayudar a las personas. Cada que toma su equipo y llega a la estación principal para ponerse a la orden del capitán, lo hace con la mentalidad de hacer su mejor esfuerzo para enfrentar al mar y salvar la vida de una persona.
“Me gusta la sensación de rescatar. Ya que salgo sigo temblando, la adrenalina sigue. Es tenerle respeto al mar y cada vez que entras (piensas): tengo que salir a fuerzas, porque no quiero ser una víctima más. Hay muchas corrientes peligrosas”, expresó.
A pesar del heroísmo de Miguel Ángel y los riesgos que enfrenta en su labor, su estatus en la División de Rescate Acuático es de “voluntario”.
Es decir, no tiene ninguna garantía laboral, seguridad social o respaldo gubernamental pese a que hace casi tres años se involucró en la Academia y lleva ya un año como voluntario.
Tiene interés de hacer carrera como salvavidas, especializarse con el fin de ayudar a más personas, sin embargo, se enfrenta a la incertidumbre laboral, a las pocas expectativas para conseguir una plaza de planta y un salario que le permita vivir de este trabajo.
“Es lo mío, yo quiero seguir hasta donde pueda llegar y seguir escalando. Irme a Bomberos, hacer cosas de rescate, quiero tratar de especializarme porque siempre ayuda. Las personas que sí quieren trabajar aquí, no les ha tocado que les hablen (para una plaza). Sí se me hace mala onda que estén tanto tiempo aquí y no les llegue nada; sí se llegan a cansar. Quiero ayudar y no estoy recibiendo nada”, lamentó.
Además de la falta de un salario fijo, que ha logrado solventar cubriendo vacaciones o descansos del personal sindicalizado, y corrientes a vencer en su trabajo como voluntario, Miguel Ángel también debe enfrentar la contaminación del mar por la descarga de aguas sucias.
“Luego no solo te tienes que preocupar por las olas, sino que te tomes antibióticos saliendo. En mi primer rescate, a los dos días, traes problemas de estómago y te deja tumbado dos días”, manifestó.
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RECONOCEN FALTA DE BASIFICACIONES
Luis Hernández, jefe de la División de Rescate Acuático de Bomberos Tijuana, precisó que cuentan con 16 elementos que trabajan de forma permanente en labores de rescate, capacitación y supervisión.
No obstante, reconoció que gran parte del trabajo es realizado por cerca de 50 voluntarios que como Miguel Ángel Coniglio ofrecen su tiempo, esfuerzo y hasta ponen en riesgo su vida, para salvar otras.
“Siempre lo hemos dicho a los mismos voluntarios, que sin voluntarios no sabemos cómo nos fuera, porque es mucho el trabajo en verano. Los voluntarios son los que se avientan la mayor parte de la chamba”, comentó.
El funcionario admitió que el proceso para que un voluntario se convierta en personal de base es muy tardado, e incluso hubo personal que tardó 15 años en conseguirlo.
“Estamos a expensas de que la Dirección (Bomberos) o la Secretaría (Seguridad Ciudadana) o incluso el Ayuntamiento, nos digan qué van unas plazas a bomberos. No hay plazas nuevas de donde podamos agarrar una para decirle a un voluntario: Ya te llegó la oportunidad. Hay veces que tienen que esperar mucho y hay muchos que tienen cinco a seis años, para de voluntario, brincar a una plaza”, apuntó.
Agregó que cuando un bombero se jubila la plaza que se desocupa es de ese cuerpo de rescate y “por el escalafón brinca un salvavidas”.
“Esperamos que nos den esa plaza, pero Bomberos nos dice: la base originalmente era de un bombero. Ahí tenemos que hacer un `estira y afloja´ entre la Dirección y que comprendan que realmente no hay forma de hacer crecer la División”, subrayó.
El jefe de la División de Rescate Acuático de Bomberos Tijuana señaló que cuando surge una plaza inicia el proceso para asignarla con base en criterios que varían según el caso y las necesidades del área.
“Conforme ha ido avanzando la División, ha habido criterios diferentes. En algunas situaciones había menos gente esperando a entrar y batallábamos para encontrar a la persona adecuada, aunque al fin de cuentas se lograba. Pero ahora que se van acumulando algunos con antigüedad, los criterios que vamos a manejar es que si se va a tomar en cuenta se tiene que hacer una evaluación de conocimientos, aptitudes en el mar. Vamos a aplicar exámenes y lógicamente vamos a tomar en cuenta antigüedad y también vamos a consensuar con los encargados de los turnos, el jefe de la división y vamos a ver cuáles son las mejores opciones”, explicó.
EXISTEN NECESIDADES EN LA DIVISIÓN
El director de bomberos Tijuana, Rafael Carrillo Venegas, apenas tomó control de la Dirección en noviembre pasado pero ya tiene en mente cuáles son las necesidades de la División de Rescate Acuático.
“Fortalecer en todos los sentidos a la División, el recurso humano y material”, comentó.
También destacó las instalaciones que sustituyeron a las antigua construcción una de las orillas del andador turístico.
“Si bien es cierto es una estación nueva, estábamos a marchas forzadas para amueblar. En el lapso de este mes se va a dotar de unidades y equipo con lo que se necesita, para al final de la administración entregar una División con todo lo necesario para sacar su trabajo”, apuntó.
Al igual que Luis Hernández, destacó la labor del personal voluntario.
“Sin el personal voluntario no pudiéramos avanzar en muchas cosas que se han logrado hacer en esta división. Si no contáramos con el apoyo, se cargaría más el trabajo hacia el que está dentro de nómina, el que está remunerado y eso hay que reconocerlo”, manifestó.
Además remarcó que al final es decisión de los encargados de esa División definir a quién será asignada una plaza nueva.
“En el caso de ellos es un trabajo especializado y llevan una academia especializada. Ellos ven el perfil que debe tener el rescatista o el salvavidas, dentro del grupo de voluntarios sacan ese perfil y es a base de competencia. Si hay una plaza disponible y tienen tres personas con el mismo perfil, se hace por medio de convocatoria y competencia y se les hacen los exámenes correspondientes, físicos para poder competir”, afirmó.
Aunque de parte de los directivos hay reconocimiento a la labor de los rescatistas voluntarios, que en palabras de Carillo Venegas y Luis Hernández, sacan el trabajo del área adelante, la seguridad laboral y social para ellos es muy pobre.
“Todo voluntario, sea bombero o salvavidas, al final su tiempo lo dona a su Dirección y nunca ha existido una seguridad social, vamos a llamarla así”, comentó.
Sin embargo, dijo, han conseguido “ahora sí que más de amigos”, el apoyo de empresas e instituciones.
Uno de ellos fue la firma de un convenio con una clínica particular que proporcionará servicio médico básico y consulta con alcance de cobertura para los familiares directos.
“Algún cuadro de medicamentos básicos y una atención que no sea para hospitalización”, concluyó el titular de la Dirección de Bomberos.
