/ sábado 2 de noviembre de 2019

Se ganan la vida como viene, viene

Algunos conductores entrevistados aseguran que dicha labor solo entorpece el tráfico

Antonio Maya

Con chaleco verde fosforescente, pantalón oscuro, un silbato y una camisa blanca, don Omar —como prefirió que lo llamemos— llega todas las mañanas a la calle De la Alegría en el fraccionamiento Soler para ayudar a los conductores a estacionar su vehículo y así ganarse unas monedas.

El trabajo que él realiza es conocido en el argot mexicano como "viene, viene", ya que cada vez que sale un carro de un cajón de estacionamiento gritan "viene, viene" o "el golpe avisa".

Don Omar, de 62 años, contó a El Sol de Tijuana que llegó a esta frontera en el 2010, luego de haber sido deportado por las autoridades de migración de Estados Unidos, debido a problemas legales que tuvo en el estado de Texas.

En ese estado el hombre trabajaba de carrocero, percibiendo un sueldo de entre mil 600 a mil 800 dólares por semana. Don Omar no dio más detalles de por qué fue deportado a México, pero dijo que por una parte le da felicidad el poder estar en este municipio debido a que aquí nació y la mayoría de su familia se encuentra aquí, además de que pudo despedirse de su padre antes de fallecer.

"Estoy con mi familia, pero también dejé familia allá, a mi hijo y a mi esposa, que gracias a Dios tengo 32 años casado con ella. Los extraño mucho, pero nada más de saber cuánto cobran los polleros por cruzarte, me desánimo. Cobran siete mil dólares. De dónde, de dónde pues", expresó el señor.

Al llegar a Tijuana se le complicó al señor encontrar trabajo de carrocero debido a su edad y la utilización de lentes. "Fue muy complicado, nadie me daba trabajo. En Texas yo tenía un año usando lentes, pero mi patrón se dio cuenta que yo seguía viendo bien los detalles. Se necesita tener buena vista para ser carrocero".

Como última opción encontró el hacerla de "viene, viene", de aquí ya sacó para los frijoles y las tortillas. No alcanza para más. A veces saca uno bastante bien y luego no se saca nada". Dijo que en los días buenos ha llegado a ganar en un día hasta 400 pesos y en los días regulares junta entre 150 y 200 pesos.

PROVOCAN TRÁFICO: CONDUCTOR

"Te entorpece el tráfico, siempre es un problema con estas personas, porque creen que ayudan a uno a salir del estacionamiento. Como si uno no supiera manejar. Tienen que buscar un trabajo, no estar de baquetones esperando que el dinero les caiga del cielo", declaró un señor de nombre Abraham, entrevistado en la calle.

Por otro lado, dijo una mujer de nombre Irma Zaragoza, que este tipo de trabajos ayudan a que las personas anden activas. "Creo que ayuda mucho, porque la persona se mantiene ocupada y no está en la casa haciendo sabe qué".

Por su parte, un comerciante de nombre Armando Sosa, opinó que estas personas no están preparadas para orientar a los conductores, ya que le ha tocado presenciar accidentes viales provocados por estas personas.

"La mayoría no están preparados, sin ofenderlos y a veces en vez de ayudar te hacen largas filas, vienen cinco carros para sacar a uno. Es ilógico. Deja pasar a los cinco y después te dedicas a esa persona", declaró.

Asimismo, mencionó que "lo más común que he visto es que dan el pase para que salga alguien de reversa, no se fijan y lo choquen de un costado. Es lo más común, le dan el pase, viene uno por su carril y el que va saliendo de reversa se confía con el ‘viene, viene’ y chocan, se paran y el ‘viene, viene’ se va y los deja ahí".

Antonio Maya

Con chaleco verde fosforescente, pantalón oscuro, un silbato y una camisa blanca, don Omar —como prefirió que lo llamemos— llega todas las mañanas a la calle De la Alegría en el fraccionamiento Soler para ayudar a los conductores a estacionar su vehículo y así ganarse unas monedas.

El trabajo que él realiza es conocido en el argot mexicano como "viene, viene", ya que cada vez que sale un carro de un cajón de estacionamiento gritan "viene, viene" o "el golpe avisa".

Don Omar, de 62 años, contó a El Sol de Tijuana que llegó a esta frontera en el 2010, luego de haber sido deportado por las autoridades de migración de Estados Unidos, debido a problemas legales que tuvo en el estado de Texas.

En ese estado el hombre trabajaba de carrocero, percibiendo un sueldo de entre mil 600 a mil 800 dólares por semana. Don Omar no dio más detalles de por qué fue deportado a México, pero dijo que por una parte le da felicidad el poder estar en este municipio debido a que aquí nació y la mayoría de su familia se encuentra aquí, además de que pudo despedirse de su padre antes de fallecer.

"Estoy con mi familia, pero también dejé familia allá, a mi hijo y a mi esposa, que gracias a Dios tengo 32 años casado con ella. Los extraño mucho, pero nada más de saber cuánto cobran los polleros por cruzarte, me desánimo. Cobran siete mil dólares. De dónde, de dónde pues", expresó el señor.

Al llegar a Tijuana se le complicó al señor encontrar trabajo de carrocero debido a su edad y la utilización de lentes. "Fue muy complicado, nadie me daba trabajo. En Texas yo tenía un año usando lentes, pero mi patrón se dio cuenta que yo seguía viendo bien los detalles. Se necesita tener buena vista para ser carrocero".

Como última opción encontró el hacerla de "viene, viene", de aquí ya sacó para los frijoles y las tortillas. No alcanza para más. A veces saca uno bastante bien y luego no se saca nada". Dijo que en los días buenos ha llegado a ganar en un día hasta 400 pesos y en los días regulares junta entre 150 y 200 pesos.

PROVOCAN TRÁFICO: CONDUCTOR

"Te entorpece el tráfico, siempre es un problema con estas personas, porque creen que ayudan a uno a salir del estacionamiento. Como si uno no supiera manejar. Tienen que buscar un trabajo, no estar de baquetones esperando que el dinero les caiga del cielo", declaró un señor de nombre Abraham, entrevistado en la calle.

Por otro lado, dijo una mujer de nombre Irma Zaragoza, que este tipo de trabajos ayudan a que las personas anden activas. "Creo que ayuda mucho, porque la persona se mantiene ocupada y no está en la casa haciendo sabe qué".

Por su parte, un comerciante de nombre Armando Sosa, opinó que estas personas no están preparadas para orientar a los conductores, ya que le ha tocado presenciar accidentes viales provocados por estas personas.

"La mayoría no están preparados, sin ofenderlos y a veces en vez de ayudar te hacen largas filas, vienen cinco carros para sacar a uno. Es ilógico. Deja pasar a los cinco y después te dedicas a esa persona", declaró.

Asimismo, mencionó que "lo más común que he visto es que dan el pase para que salga alguien de reversa, no se fijan y lo choquen de un costado. Es lo más común, le dan el pase, viene uno por su carril y el que va saliendo de reversa se confía con el ‘viene, viene’ y chocan, se paran y el ‘viene, viene’ se va y los deja ahí".

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