Tijuana.-En 2021 Tijuana se ubicó como la cuarta ciudad más violenta del mundo, de acuerdo a la medición que hace el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C.
El estudio realizado muestra que Tijuana registró dos mil 124 homicidios, con una población de dos millones 058 mil 526 personas. Esto representó una tasa de 103 muertes violentas por cada 100 mil habitantes.
Más arriba de Tijuana en el ranking se ubicaron Zamora, Ciudad Obregón y Zacatecas, con una tasa de 196.63, 155.77 y 107, respectivamente.
En el “top ten” también entró Ensenada, al registrar una tasa de 76.5 asesinatos por cada 100 mil habitantes.
“México ya lleva tres años como epicentro mundial de la violencia homicida urbana. No es una casualidad, sino el resultado de la política de “abrazos, no balazos”, practicada por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, política que consiste en dejar a los grupos criminales en casi absoluta libertad de asesinar, desaparecer personas, extorsionar y robar”, se plantea en el estudio.
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Además de las ciudades incluidas en el ranking, en el análisis se menciona que hay otras mexicanas que no llegan a los 300 mil habitantes pero tienen tasas por encima de los 100 homicidios por cada 100 mil habitantes, como es el caso de Fresnillo, Manzanillo, Guaymas y Tecate. Destaca esta urbe con una tasa de 247 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2021.
NO HAY CAMBIOS
El investigador del Colegio de la Frontera Norte, Vicente Sánchez Munguía, afirmó que las autoridades de los tres niveles de gobierno no han hecho nada efectivo para reducir los niveles de violencia en Tijuana.
“No hay indicios de que la ciudad haya salido de los primeros lugares de violencia. Estamos en una ciudad muy violenta desde hace mucho tiempo. Creo que es un lugar común pero lo importante es preguntar por qué no hemos logrado superar esas cosas y tiene que ver mucho el hecho de que los gobiernos de un partido y de otro no han logrado atinar una política de seguridad que realmente atienda el fenómeno de la violencia y la seguridad que hay en la región”, expresó.
Sánchez Munguía, agregó que esto repercute en una peor calidad de vida de la ciudadanía.
“Lo preocupante es que no hay respuesta adecuada y no vemos tampoco que se articule una política que responda a esas necesidades de tener unos espacios públicos donde la gente pueda estar más tranquila y sus propiedades y su integridad personal no estén en juego”, concluyó.
