Laura Bueno Medina
Tijuana.- Widmad llegó tomado de la mano de su mamá, asombrado por ver tanta gente en una sala pequeña de la “Ciudad de los Niños”; se sentó en una silla junto con su hermano menor observando como otros niños pasaban al frente y les colocaban un aparato en sus oídos.
Widmad no supo cuando lo llamaron, estaba jugando, hasta que su mamá lo tomó nuevamente de la mano, y lo condujo hacia enfrente. Mirando a su madre, sonriendo de los nervios, se sentó en la silla de madera, donde le señalaron. al principio no soltó la mano de su mamá; después, cuando el doctor le sostuvo la oreja derecha, intrigado observó cada movimiento que hizo.
El médico le colocó en ambas orejas los aparatos auditivos necesarios; fueron pocos minutos, en los que el pequeño Widmad sentado agarraba con firmeza ambos reposabrazos de la silla hasta que escuchó por primera vez un aplauso emitido por el doctor, sonrió extasiado mostrando su dentadura, en donde faltaba un diente; volteó a ver a mamá, quien le devolvió una dulce sonrisa, miró a las cámaras, a las personas sentadas en la sala, a todos con una sonrisa plena, porque ahora los podía escuchar.
El pequeño Widmad Misael Villanueva de cinco años nació con una discapacidad auditiva severa, ya que, desde muy pequeño, le fue imposible comunicarse hasta que los médicos les dijeron a sus padres que en el mejor de los casos llegaría a escuchar entre un nivel de 3-4.
La familia Villanueva, llegó a Tijuana, procedente de Chiapas, buscando mejores opciones para Widmad Misael, quien solo lograba decir tres palabras, y comunicarse con señas, al no escuchar nada salvo ruido muy fuertes sin identificarlos.
Widmad empezó este día a escuchar sus primeros sonidos, al igual que otros 11 niños a quienes les fueron adaptados aparatos auditivos según sus necesidades.
Los pequeños recibieron este apoyo por el trabajo de las integrantes del club de Damas Rotarianas Tijuana, quienes, a través de donaciones, lograron el recurso para la compra de los 12 aparatos.
