/ sábado 6 de abril de 2024

Expediente Confidencial / ¿A dónde vas, Glas? La sopa de Ecuador para AMLO

¿Qué pasó en Ecuador? En síntesis, le dieron una sopa de su propio chocolate al presidente López Obrador.

El gobierno de Ecuador, en plena lucha contra el crimen -a diferencia del nuestro, que se abraza con la delincuencia-, entró a la embajada de México en aquella nación para detener al exvicepresidente Jorge Glas.

Glas fue vicepresidente en el régimen de Rafael Correa y NO es un perseguido político, sino un prófugo. Es un sujeto que está acusado de peculado, de robar el dinero del pueblo ecuatoriano. Y no por el gobierno actual, sino desde 2018. Es decir, tres gobiernos diferentes han sostenido la acusación.

Bueno, pues a ese prófugo, México lo refugió en su embajada ¿Por qué? Porque Correa y su gente están bien encamados con dos aliados de López Obrador. Uno, el narco. Otro, Putin. Y ambos, los correístas y López Obrador, son amigos de los mismos sátrapas: la dictadura cubana, Maduro y sus chavistas, Daniel Ortega y su régimen sanguinario, el mismo que ordena violar a opositoras, por cierto.

No por nada, la dictadura nicaragüense de Ortega rompió relaciones con Ecuador, enseguidita de México.

Desde el jueves, López Obrador abrió un pleito, uno más, con Ecuador, dando a entender que Fernando Villavicencio, candidato en las elecciones presidenciales de 2023, fue asesinado para bajar en las encuestas a Luisa González, la delfina de Rafael Correa, quien pretendía perdonarle sus delitos para que el ex presidente volviera a su país (también está prófugo) y retomara el poder.

AMLO, evidentemente, tenía por objetivo hacer control de daños sobre el homicidio de Gisela Gaytán -lo cual se le ha enredado a Morena por estupidez, pues Gaytán fue asesinada ¡en un estado panista!-. Pero metió a Ecuador -quizás otro mal consejo de Chuchito Ramírez- y el tema ya se le salió de control.

En respuesta, Verónica Sarauz, la viuda de Villavicencio, le reviró a López Obrador: “Es una falta de respeto que López Obrador use el asesinato de mi esposo para hacer política, más cuando su actitud complaciente con los carteles (de la droga) ha facilitado su expansión a otros países, como es el caso de Ecuador”. Cárteles que asesinaron a su esposo, debemos recordar.

Y por esas declaraciones, el gobierno ecuatoriano también declaró non grata a la embajadora mexicana, Raquel Serur. En venganza, AMLO ordenó que se le concediera asilo en México a Glas y dijo que lo traería a nuestro país -obviamente, con dinero de los mexicanos-. Por eso, las fuerzas ecuatorianas se metieron a la embajada y detuvieron a Glas. El pobre diablo de Roberto Canseco, jefe de la cancillería, hizo un teatro buscando impedir su entrada y salió a decir "arriesgué mi vida, defendí el honor y la soberanía de mi país". Ja, ja, ja. Canseco lo que defendió realmente fue a un corrupto y amigo del narco, como Glas, protegido por un gobierno que defiende delincuentes, no a México.

Todavía no faltaron quienes buscan comparar la protección a Glas con lo que hecho, en Chile, por Gonzalo Martínez Corbalá, u otros tantos casos donde México aceptó refugiados políticos en sus embajadas y en nuestro país. Comparar a un pillo como Glas con el exilio español, por ejemplo, es un escupitajo en la memoria de todas y todos aquellos que llegaron a México y, de verdad, le dieron tanto, en muchos ámbitos, a nuestro país.

¿Contraviene el derecho internacional lo hecho por el gobierno ecuatoriano? Si, pero ¿con qué cara podría reclamarlo López Obrador, quien acuñó, cínico, aquella frase de "no me vengan con que la ley es la ley"? Bueno, pues hoy se la aplicaron. Le dieron una sopa de su propio chocolate. El que a hierro mata, a hierro muere.

Como mexican@s, ni nos debemos ofender. Es más, ni inmutar. No nos ofendieron, ni nada por el estilo. Es un pleito entre políticos, por dinero y poder. As usual

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

¿Qué pasó en Ecuador? En síntesis, le dieron una sopa de su propio chocolate al presidente López Obrador.

El gobierno de Ecuador, en plena lucha contra el crimen -a diferencia del nuestro, que se abraza con la delincuencia-, entró a la embajada de México en aquella nación para detener al exvicepresidente Jorge Glas.

Glas fue vicepresidente en el régimen de Rafael Correa y NO es un perseguido político, sino un prófugo. Es un sujeto que está acusado de peculado, de robar el dinero del pueblo ecuatoriano. Y no por el gobierno actual, sino desde 2018. Es decir, tres gobiernos diferentes han sostenido la acusación.

Bueno, pues a ese prófugo, México lo refugió en su embajada ¿Por qué? Porque Correa y su gente están bien encamados con dos aliados de López Obrador. Uno, el narco. Otro, Putin. Y ambos, los correístas y López Obrador, son amigos de los mismos sátrapas: la dictadura cubana, Maduro y sus chavistas, Daniel Ortega y su régimen sanguinario, el mismo que ordena violar a opositoras, por cierto.

No por nada, la dictadura nicaragüense de Ortega rompió relaciones con Ecuador, enseguidita de México.

Desde el jueves, López Obrador abrió un pleito, uno más, con Ecuador, dando a entender que Fernando Villavicencio, candidato en las elecciones presidenciales de 2023, fue asesinado para bajar en las encuestas a Luisa González, la delfina de Rafael Correa, quien pretendía perdonarle sus delitos para que el ex presidente volviera a su país (también está prófugo) y retomara el poder.

AMLO, evidentemente, tenía por objetivo hacer control de daños sobre el homicidio de Gisela Gaytán -lo cual se le ha enredado a Morena por estupidez, pues Gaytán fue asesinada ¡en un estado panista!-. Pero metió a Ecuador -quizás otro mal consejo de Chuchito Ramírez- y el tema ya se le salió de control.

En respuesta, Verónica Sarauz, la viuda de Villavicencio, le reviró a López Obrador: “Es una falta de respeto que López Obrador use el asesinato de mi esposo para hacer política, más cuando su actitud complaciente con los carteles (de la droga) ha facilitado su expansión a otros países, como es el caso de Ecuador”. Cárteles que asesinaron a su esposo, debemos recordar.

Y por esas declaraciones, el gobierno ecuatoriano también declaró non grata a la embajadora mexicana, Raquel Serur. En venganza, AMLO ordenó que se le concediera asilo en México a Glas y dijo que lo traería a nuestro país -obviamente, con dinero de los mexicanos-. Por eso, las fuerzas ecuatorianas se metieron a la embajada y detuvieron a Glas. El pobre diablo de Roberto Canseco, jefe de la cancillería, hizo un teatro buscando impedir su entrada y salió a decir "arriesgué mi vida, defendí el honor y la soberanía de mi país". Ja, ja, ja. Canseco lo que defendió realmente fue a un corrupto y amigo del narco, como Glas, protegido por un gobierno que defiende delincuentes, no a México.

Todavía no faltaron quienes buscan comparar la protección a Glas con lo que hecho, en Chile, por Gonzalo Martínez Corbalá, u otros tantos casos donde México aceptó refugiados políticos en sus embajadas y en nuestro país. Comparar a un pillo como Glas con el exilio español, por ejemplo, es un escupitajo en la memoria de todas y todos aquellos que llegaron a México y, de verdad, le dieron tanto, en muchos ámbitos, a nuestro país.

¿Contraviene el derecho internacional lo hecho por el gobierno ecuatoriano? Si, pero ¿con qué cara podría reclamarlo López Obrador, quien acuñó, cínico, aquella frase de "no me vengan con que la ley es la ley"? Bueno, pues hoy se la aplicaron. Le dieron una sopa de su propio chocolate. El que a hierro mata, a hierro muere.

Como mexican@s, ni nos debemos ofender. Es más, ni inmutar. No nos ofendieron, ni nada por el estilo. Es un pleito entre políticos, por dinero y poder. As usual

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com