La cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), convocada por la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, para "discutir" (?) la detención del criminal ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, en la embajada de México en dicho país, fue un burlesque cuyo propósito fue presionar para que el sujeto de marras, excelso amigo del crimen -como lo muestra el hecho de que el abogado que le tramitó su más reciente habeas corpus es el mismo del mayor narco de Ecuador-, sea entregado al gobierno morenista, para que aquí en México ande libre, continúe sus negocitos y, por supuesto, le den su contrato o su pensión, pagado con dinero de mexicanas y mexicanos -como ha pasado con otros correístas "refugiados" en nuestro país, de acuerdo con la OEM-.
La reunión de la Celac incluyó los lamentos, uno por uno, de los presidentes del llamado 'Grupo de Puebla', esa cofradía de mandatarios caracterizados por su encamamiento con el narcotráfico y mafias de diversas raleas, así como su afán de eternizarse en el poder, por sí mismos o a través de interpósitas personas.
Así, vimos reclamar a Gustavo Petro, presidente de Colombia, la "barbarie" de haber detenido a Glas. Miren nada más, lo dice Petro, en cuya campaña, se ha demostrado, hubo dinero del narcotráfico.
También habló el "presidente" (prestanombres) de la dictadura cubana, Miguel Díaz Canel, que detiene en mazmorras a cualquier persona que exija desde democracia hasta agua potable, lo cual infringe las más mínimas garantías individuales. Pero al 'Grupo de Puebla' no le importan los derechos del pueblo cubano, sino de delincuentes como Glas, que son amigos de sus patrocinadores narcos.
También llegó el histrionismo de Nicolás Maduro, el dictador venezolano, para anunciar que su desgobierno rompía relaciones con Ecuador, entre más alusiones a la "barbarie" de Ecuador, cuando la auténtica barbarie está en las calles de Caracas, donde el pueblo al que juró defender el chavismo se está, literalmente, muriendo de hambre, mientras el sucesor de Hugo Chávez impide elecciones libres. Obviamente, el gobierno de Maduro también ha sido pillado, múltiples veces, bien enlazado con el narco entre sábanas
El hecho de que haya sido condenado por puros presidentes dictadores y/o amigos del narcotráfico, incluyendo al nuestro y sus "abrazos", debe llenar de orgullo a Daniel Noboa. Si tantos podridos defienden a Glas, es que, en efecto, era un criminal al que no se podía dejar escapar...
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