La relación entre los gobiernos de México y Estados Unidos ha sido histórica y compleja, caracterizada por una interdependencia económica, social, cultural y política. Dada la cercanía geográfica y los fuertes lazos bilaterales, la influencia del gobierno de los Estados Unidos en las elecciones presidenciales de México es un tema de considerable interés y debate. El argumento gubernamental estadounidense generalmente ha sido en favor de la democracia, libertad en la elección de candidatos y de respeto de los derechos electorales.
La llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la presidencia de México en diciembre de 2018 marcó la primera vez en la historia del país que un candidato de izquierda asumía el poder. Esta transición ha presentado desafíos y oportunidades en la relación bilateral entre los gobiernos de México y Estados Unidos.
La posición del gobierno de Estados Unidos frente al primer gobierno de izquierda de López Obrador ha sido una mezcla de cooperación pragmática y presión estratégica. Mientras que la administración del entonces presidente Trump utilizó una retórica más dura y políticas de presión económica; en cambio la administración del presidente Biden ha adoptado un enfoque más multilateral y diplomático en su relación con el gobierno mexicano. Sin embargo, la influencia del gobierno de Estados Unidos sigue siendo significativa, en materia de comercio, migración, seguridad y energía. Para el gobierno del presidente López Obrador y para la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, el desafío radica en equilibrar la influencia externa con la protección de los intereses y soberanía nacional y la promoción de un desarrollo sostenible y autónomo.
Las relaciones entre los gobiernos de México y Estados Unidos se han caracterizado por una fuerte colaboración en temas económicos y de seguridad, especialmente bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la Iniciativa Mérida. La administración del presidente López Obrador heredó una relación robusta pero compleja, en la que las interacciones entre ambos países han sido influenciadas por factores históricos, políticos y económicos.
Claudia Sheinbaum Pardo, como la primera mujer electa presidenta de México -71 años después de que las mexicanas pudieron votar- y antes jefa de gobierno de la Ciudad de México, representa un avance significativo para el partido de izquierda MORENA y para la política mexicana en general. Durante su administración como jefa de gobierno promovió una interdependencia con el gobierno de los Estados Unidos, especialmente en los temas urbanos, agenda verde y relaciones económicas. Esta agenda gubernamental se mantendrá y se podría fortalecer con Claudia Sheinbaum Pardo como la primer mujer presidenta en México según la siguiente agenda con el gobierno de los Estados Unidos:
1) Una propuesta de políticas en materia de género, inclusión e igualdad con enfoque transversal y la creación de empleos para mujeres en el marco de las diversas iniciativas que se integran en el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN) y con ello promover iniciativas de emprendimiento en la micro, pequeña y mediana empresas.
2) La renegociación del TLCAN, que resultó en el T-MEC, será una prueba de la relación entre la presidenta electa Sheibaum y el gobierno de Estados Unidos y con un eventual gobierno de Trump, con un proteccionismo comercial. México se consolidó como el primer socio comercial de Estados Unidos de enero a septiembre de 2023, con una participación de 15.7% en el total de intercambios estadounidenses de mercancías con el mundo. El T-MEC ha fortalecido la integración comercial entre ambos países y debe concebirse como una alternativa para promover la competitividad y el bienestar.
3) Las inversiones de empresas estadounidenses en México tienen un papel vital en la economía del país. La presidente electa Sheibaum tendrá que balancear su agenda de desarrollo nacional con la necesidad de mantener y atraer inversión extranjera para promover procesos de competitividad y de bienestar.
4) En materia de migración se mantendrá una cierta contención migratoria del nuevo gobierno mexicano, como una alternativa para regular la migración irregular y la búsqueda de un mayor financiamiento del gobierno estadounidense para atender las causas de la mayor movilidad humana en la historia de las Américas –cerca de 8 millones de detenciones de migrantes irregulares por las autoridades migratorias de Estados Unidos en estos tres últimos años del gobierno del presidente Biden, (USCBP, 15 mayo 2024). Una mayor eficacia de la política migratoria mexicana impacta en una menor polarización en el debate presidencial de la seguridad fronteriza en Estados Unidos.
5) Las remesas enviadas por los migrantes mexicanos en Estados Unidos cerca de 65 mil millones de dólares en 2023 son una fuente importante de ingresos para muchas familias mexicanas. El reto de la presidenta electa Sheinbaum será articular una nueva política de migración: remesas, empleo, desarrollo comunitario y rural y cambio climático en las principales comunidades expulsoras de migrantes.
6) La colaboración en seguridad en el marco del Acuerdo Bicentenario, especialmente en la lucha contra el narcotráfico, ha sido importante pero ineficaz. La creciente violencia en algunas comunidades del centro y sur del país reflejan que la creación de la DEA hace 51 años y de la Iniciativa Mérida ha sido ineficaces: ha aumentado el consumo de diversas drogas ilícitas en Estados Unidos: el fentanilo y metafentaminas. El reto de la presidenta electa Sheibaum es diseñar una política transversal en materia de desarrollo comunitario, policía de proximidad, ciudades seguras, Derecho a la Ciudad y seguridad humana con un enfoque de cooperación internacional para el desarrollo.
7) La presidenta electa Sheinbaum mantendrá y fortalecerá las iniciativas bilaterales e internacionales sobre cambio climático, colaborando en proyectos de sostenibilidad y reducción de emisiones. Por ello podrían ser prioridad la implementación de tecnologías verdes y la adopción de soluciones energéticas sostenibles y la modernización de la infraestructura urbana.
8) La administración de Sheinbaum en la Ciudad de México ha promovido el uso de energías renovables para reducir la huella de carbono de la ciudad. Con lo cual existen las condiciones para promover tecnologías limpias y eficientes, generando soluciones innovadoras para la gestión de residuos y la conservación de recursos.
9) La administración de la presidente electa Claudia Sheinbaum Pardo ha promovido la transformación de la Ciudad de México en una ciudad inteligente. Por ello se podrían promover sistemas de transporte público más limpios y eficientes en el ámbito nacional, integrando tecnologías avanzadas para mejorar la movilidad urbana, la seguridad y la eficiencia energética.
10) Claudia Sheinbaum, como jefa de gobierno de la Ciudad de México desde diciembre de 2018, impulsó una serie de políticas de ciencia y tecnología con el objetivo de transformar la ciudad en un centro de innovación y sostenibilidad. Para tal efecto, se creó la Secretaría de Educación, Ciencia y Tecnología e Innovación a cargo de Rosaura Ruiz Gutiérrez. El fomento de la educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) ha sido una prioridad en calidad de jefa de gobierno de la Ciudad de México y quizá se promueva la creación de la Secretaría de Educación, Ciencia e Innovación en la nueva administración federal.
La formación académica de la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo en física e ingeniería energética, establecen las condiciones para promover la ciencia, la tecnología y la innovación en las políticas públicas y con un enfoque de incidencia social.
La integración de la ciencia, la tecnología y la innovación en las políticas de la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo tendrán un impacto significativo en su agenda de gobierno y con la relación con el gobierno de los Estados Unidos.
La relación entre el gobierno de izquierda de la presidente electa Claudia Sheinbaum Pardo y el gobierno de los Estados Unidos es y será compleja, caracterizada por una mezcla de cooperación y tensiones. A través de un enfoque pragmático y colaborativo, la presidenta Sheinbaum buscará equilibrar la implementación de su agenda progresista con la necesidad de mantener relaciones constructivas con el gobierno de los Estados Unidos, que disminuyan las tensiones y conflictos.
La cooperación en áreas como el desarrollo sostenible y la seguridad destacan las oportunidades para fortalecer esta relación con los Estados Unidos, mientras que los desafíos relacionados con la presión económica y las tensiones políticas (seguridad, narcotráfico y migración) subrayan la necesidad de un manejo diplomático cuidadoso. En última instancia, la capacidad de la presidenta electa Sheinbaum para gestionar esta relación influirá en una mejor gestión de la cooperación y el conflicto con el gobierno de los Estados Unidos.