Tijuana.- Hace unas cuantas décadas existió un bar en Tijuana en el que se podía asistir a conciertos de famosos músicos internacionales a precios accesibles y sobre todo, era ideal para los chicos que aún no cumplían la mayoría de edad en Estados Unidos: Iguana’s
El escenario, a unos pasos de la garita internacional con San Diego, California, tuvo la visita de grandes grupos musicales como a Red Hot Chilli Peppers, Nine Inch Nails (NIN), Dr. Dree, Sepultura y The Ramones, aunque quizás la banda más recordada es Nirvana.
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La primera vez que la banda se presentó en Tijuana fue el 17 de Febrero de 1990 en el legendario centro nocturno. En ese entonces, el grupo ya había grabado su álbum “Bleach”, el primero de su breve discografía, sin embargo, esta no sería la única vez que tocarían en Tijuana.
En 1991, se presentaron en 2 ocasiones más; siendo el 15 de Julio junto a la banda Dinosaur Jr., y el 24 de Octubre junto a la banda Hole.
Lo más destacado en esos años es que el precio de la entrada por un concierto en promedio fue de 10 dólares, es decir, poco menos de 30 pesos al tipo de cambio de 1990, lo que sería un aproximado de 205 pesos si hacemos la conversión al tipo de cambio actual.
Iguana’s
El legendario centro nocturno Iguana’s, era una estructura de tres niveles con balcones que conectaba por una escalera a un patio en el que los asistentes se reunían a beber cerveza tranquilamente (también se vendía durante el concierto), antes de sumergirse en la experiencia que hoy es casi una leyenda.
Descrito por John D’Agostino, reportero del LA Times como: “A quince minutos de San Diego, pero a años luz de cualquier supervisión parental”; el Iguana’s se inauguró el 18 de mayo, pero de 1989, con un espectáculo del artista de dance-pop Stevie B y el conjunto de synth When In Rome.
La reputación frenética del bar se deterioró cuando corrió el rumor de que un fanático había muerto durante el show de Sepultura y que ello los llevó al cierre; sin embargo, nunca se demostró la veracidad de dicha información.
Iguana’s, tuvo una fugaz existencia que abarcó tan solo 4 años (1989-1993). No obstante, el legado cultural que dejó es inmenso.
Con el pasar del tiempo este recinto ha quedado como una gran fuente de libre expresión para muchos proyectos musicales sobre todo en inglés y podría decirse que como herencia se ha visto poco a poco surgimiento de proyectos locales, así como eventos masivos que han levantado importancia en breve tiempo, atrayendo bandas ya consolidadas a la ciudad bajacaliforniana.
