Tijuana.- En medio de una amenaza de bomba y un cuestionado regreso a la alcaldía, el alcalde Arturo González Cruz encabezó su última sesión de Cabildo al frente del Ayuntamiento de Tijuana.
“Quiero iniciar con esta sesión extraordinaria de Cabildo dejando constancia que cuento con un documento expedido por el H. Congreso del Estado de Baja California que me avala como presidente municipal de Tijuana, solicito que este documento se anexe a la presente acta como apéndice número 1”, comentó González Cruz.
A la sesión acudieron 12 regidores y el alcalde González Cruz, quienes por decisión unánime votaron por la designación del secretario general de Gobierno, Carlos Murguía Mejía, quien en ese momento rindió protesta y se incorporó a la sesión de Cabildo.
Con 13 votos de los presentes, una mayoría calificada, se aprobó también dejar sin efecto el acuerdo de Cabildo del 31 de octubre de 2013, y publicado en el Periódico Oficial del Estado en julio de este año, mediante el cual se había creado el organismo denominado Comisión Municipal de Agua de Tijuana (Comati).
El Cabildo del 23 Ayuntamiento aprobó también por unanimidad un acuerdo para que ante una solicitud de municipalización del servicio de agua potable, el gobierno local acredite, entre otros requisitos, viabilidad financiera.
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Los ausentes fueron los regidores reelectos Claudia Casas, José Cañada, Luis Antonio Quezada y la síndica María del Carmen Espinoza Ochoa.
El alcalde González Cruz solicitó un receso de media hora solo para transcribir el acta de Cabildo mientras se reportaba una amenaza de bomba que nunca detuvo la votación de los presentes, quienes por el contrario se apresuraron a ello.
Cuando el inmueble fue desalojado para revisar una supuesta maleta con granadas en uno de los baños, se descartó cualquier riesgo.
La sesión fue reanudada para aprobar el acta de la sesión recién desarrollada y después de eso Arturo González Cruz se despidió agradeciendo el trabajo del cuerpo edilicio presente. En esta nota colaboró Daniel Ángel Rubio.
