Habitantes del fraccionamiento Hacienda de Córdoba en la delegación La Mesa mantienen desde 2022 un conflicto con la operación de un conjunto de canchas deportivas con venta de alcohol junto a sus domicilios.
Los vecinos acusan presuntas irregularidades de Baja Pádel Club porque nunca fueron consultados, mientras que la empresa argumenta tener su documentación en regla.
Los residentes del fraccionamiento interpusieron una queja al Ayuntamiento de Tijuana desde marzo del 2022, pidiendo que las instalaciones sean reubicadas a otro lugar porque les han quitado la tranquilidad que tenían antes.
Los vecinos argumentan que las pelotas del juego rebotan en unas paredes de cristales y los metales que las unen provocan ruidos hasta la medianoche, además del que hacen las personas al estar bebiendo.
“El impacto más grande es en las noches, te das cuenta cómo pega el alumbrado en las casas y el ruido de los gritos y las pelotas, hasta las 12 de la noche o 1 de la madrugada. También venden alcohol y a veces parece cantina", denunció Claudia Aguilar, una de las vecinas de Hacienda de Córdoba.
Los vecinos señalan que si bien Baja Pádel cuenta con los permisos para operar, existen algunas “anomalías”, como el que no se les consultó para que se instalaran.
“Nosotros nunca fuimos consultados si aceptamos la instalación de estas canchas deportivas, donde también venden alcohol”, dijo Claudia Aguilar.
Cuando se iniciaron los primeros trabajos para la construcción de las canchas, los vecinos fueron los que se acercaron con la empresa para pedirles información de lo que iban a construir, en el 2021, relató.
“Nos echaron mentiras, que iban a hacer canchas de no sé cuántos metros para allá de nuestras casas y hasta alberca iban a poner”, añadió.
Comentó que han tratado de mediar con el administrador de Baja Pádel, Rafael Romero Hernández, para que el lugar opere hasta las nueve o 10 de la noche, pero se ha negado.
Romero Hernández habló con El Sol de Tijuana y dijo que redujeron el horario hasta las 10 de la noche los fines semana como respuesta a las solicitudes de los vecinos.
Sin embargo, entre semana es imposible porque muchas personas que salen de trabajar van a jugar de nueve a once de la noche.
Añadió que después de las 10 de la noche le piden a los clientes utilizar las canchas más alejadas de las viviendas aunque se molesten.
Acusó a los vecinos de tirar huevos a los clientes y gritarles, por ese motivo dejaron hacer con frecuencia reacomodar a los vecinos para que jueguen en la canchas lejanas a las viviendas.
Una consulta virtual en la Dirección de Administración Urbana (DAU), a través del sistema del Ayuntamiento de Tijuana, sobre el uso de suelo del lugar, arrojó que el predio donde se encuentra Baja Pádel es de uso comercial y fue otorgado a la empresa Matco en 2014, y desde entonces no hay cambios.
Su administrador, Rafael Romero Hérnandez, confirmó que no fueron consultados los vecinos del fraccionamiento, toda vez que no era necesario porque el uso de suelo del predio ya era de uso comercial.
Baja Pádel ya fue clausurado por el municipio
El director de Inspección y Verificación Municipal, Adolfo García Dworak, dijo que Baja Pádel Club fue clausurado hace tres semanas, luego de detectar algunas “anomalías".
Indicó que el lugar tiene un permiso de venta de alcohol de restaurante, por lo que los clientes que ingieren bebidas alcohólicas deben consumir alimentos.
“Detectamos a las personas bebiendo sin alimentos, por eso fue que clausuramos, además de que tienen el permiso sólo para venta de alcohol en un cierto perímetro, no en las canchas, por eso fue que lo clausuramos”, explicó el director.
Baja Pádel es considerado un “punto rojo” en la Dirección de Inspección y Verificación, derivado de las quejas.
Todos los días a la medianoche un inspector pasa al establecimiento y toma video como prueba de que está cerrado, comentó el director García Dworak.
Dijo que estas revisiones fueron acordadas con el director de la Secretaría de Gobierno Municipal, Eli Topete, y los vecinos del fraccionamiento Hacienda Córdoba, tras una reunión.
El administrador de Baja Pádel, Rafael Romero Hernández, dijo que sentían “una especie de acoso” por parte de inspección y verificación al estarlos vigilando, debido a la presión que han ejercido los vecinos, cuando ellos no cometen ninguna irregularidad.
Aseguró que la clausura se debió a que no tenía adjuntado el permiso para venta de cerveza que les entregó una empresa cervecera.
Consideró que estas revisiones diarias son “sospechosas”, por lo que piensa que alguno de los vecinos tiene influencias en el Ayuntamiento de Tijuana.
Pero Carmen Aguilar también cree que los dueños de Baja Pádel tienen influencias en el municipio y por eso les dieron el permiso de uso de suelo y construcción.
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“Hicieron lo que quisieron y siguen haciendo lo que quieren”, dijo.
Los vecinos de Hacienda de Córdoba piden que se reduzca el horario de operación para tener tranquilidad en las noches, como la tenían antes, mientras se llega a un arreglo o a la reubicación del negocio.
