Antonio Maya
Tijuana.- A medianoche, con vestimenta oscura, una gorra y unos lentes, "El Quebrek", como solía autonombrarse cuando tenía 15 años, salía con sus amigos de la "clica" para rayar las paredes y "levantar el barrio".
Ya con 28 años y dos hijos, el joven platicó que en su adolescencia se juntaba con sus amigos en su colonia o como él le dice "en el barrio" para grafitear y fumar marihuana.
"Nos juntamos todos en la cantona —casa— de un compa o en la mía para quemar motilla o fumar cigarros, de ahí nos esperábamos que nos diera la noche y nos íbamos a echar unos ‘placazos’ en los puentes o en los edificios del Infonavit", recordó el joven que prefirió reservar su nombre.
Dijo que con el dinero que juntaba de lo que le daba su mamá o sus abuelos para la preparatoria, juntaba para comprar latas de pintura. "A veces iba yo a comprarlas al Waldo's, o si no me la vendían, me las compraba un compa que se veía más grande que yo. Pero las chingonas son las Sherwin Williams. Esas eran más caras, por eso las compraba poco".
Este comportamiento le provocó a “El Quebrek” diversos problemas con su familia, la policía y en la escuela, ya que lo dieron de baja en al menos dos planteles por grafitear los mesabancos y baños de la escuela. "Mi jefa y mis abuelos se ‘agüitaban’ porque me decían que dejara de rayar, pero a mí me valía o no les hacía caso".
Comentó que a los 23 años tomó la decisión de dejar de rayar las paredes de la ciudad, debido a que seguido era sorprendido por la Policía Municipal y era arrestado, además del nacimiento de su primer hijo y diversas circunstancias.
Actualmente se dedica tatuar por las tardes a sus amigos de la colonia, ya que por la mañana trabaja de gerente en una franquicia de comida.
FAMILIA PUEDE PREVENIR ESTAS PROBLEMÁTICAS
El director de la Policía Municipal, Carlos Betancourt Carrillo, comentó que esta problemática se da en toda la ciudad, sobretodo en la noche. Debido a que a esas horas es cuando se dan los aseguramientos de menores grafiteando paredes o puentes.
Atribuyó este problema a los padres de familia, ya que consideró que son estos los encargados de disciplinarlos. "Lo que ellos necesitan es poquito de atención y de actividades para que dejen de realizar estas actividades por la noche".
"Es una situación que la familia nos puede ayudar bastante, sabemos que cuando son menores de edad no podemos presentarlos ante el Ministerio Público, aun y cuando hayan causado un daño", señaló.
Por lo que dijo que la corporación tiene programas para proporcionarle a los menores apoyo y disciplina por medio de actividades, de ejercicios y sentido de pertenencia, para que de esa forma no continúen provocando molestia a las personas.
También, hay un programa que realiza la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPCM) en los planteles educativos para detectar a los menores que grafitean, explicó el director de prevención del delito y participación ciudadana, Eduardo Gorys Tamayo.
Este programa consiste en enviar a los menores que rayan las paredes a pintar los sábados en diversos lugares de la ciudad, con la intención de que no lo vuelvan hacer.
"Investigamos, vemos quiénes son, cuando es en las escuelas llamamos a los papás, les decimos que van estar pendientes en la escuela y los obligamos a borrar y los volvemos anti-grafiteros", dijo.
Por lo general las personas que rayan con pintura en la calle suelen hacerlo bajo un apodo, junto con las iniciales de su barrio o “clica”.