/ martes 31 de octubre de 2023

Crónicas Tijuanenses | La noche de los feos

El 30 de octubre de 2021, a media noche, para amanecer el 31, el exalcalde de Tijuana, Arturo González Cruz, acompañado por Iván Carpio (futuro y oscuro Fiscal estatal), un piquete de soldados y otros personajes, tomó por asalto, la oficina de la alcaldesa Ruiz MaCfarland, eso sí, con autorización del Congreso Local y esperó en ella hasta el amanecer, para citar a Cabildo y tomar posesión oficiosamente de la presidencia. Esta fue la tercera vez, en un mismo período como alcalde, puesto al que llegó por Morena, pero ahora, ilegalmente, aun cuando tuviera permiso del Congreso Local, el cual se reunió virtualmente por órdenes de quién sabe quién (de la gobernadora, de Morena, o los que dirigen el Congreso: Medina y Guerrero) con el sólo y vergonzoso propósito de romper un acuerdo de Cabildo: el dar a los municipios, como lo establece el Artículo 115º Constitucional: la administración de la CESPT. Este acto reviste grave trascendencia. Por primea vez, en la historia de Tijuana, se rompe el orden constitucional, generado y solapado por autoridades federales, estatales y municipales, sin ningún respeto a la alcaldesa Karla Ruiz, en funciones y como una burla a la ciudadanía. El asalto se produjo a la media noche, con los agravantes de premeditación, alevosía, ventaja y agregando, la nocturnidad (lo que hasta el siglo XIX se tomaba como agravante). A lo largo de su fallido ejercicio como alcalde, esta persona había dado muestras de conducta soberbia y autoritaria. Incluso, contra algunas funcionarias, como fue el caso del trato dado a la Sindico Meli Espinoza. Su comportamiento frente a la Alcaldesa suplente, con la que llegó intempestivamente y sin protocolo a sustituirla, fue tal vez la muestra más escandalosa de su conducta atrabiliaria. Todo empezó el día anterior al asalto. Se rumoraba que algo iba a pasar, pues se sabía, que la gobernadora entrante, estaba inconforme con el acuerdo de Cabildo, aceptando el control de la Cespt propuesto por el Gobernador Jaime Bonilla, al que quedaba sólo un mes de gobierno. Esa mañana, dos regidoras de cuyo nombre no quiero acordarme, levantaron el desorden en la sesión de Cabildo y pronto se les unieron otros, hasta que lograron “reventar” la asamblea, por lo que la alcaldesa propuso un receso, del cual ya nunca volvió. Así las cosas, a la mañana siguiente, ante un Cabildo incompleto, el fugaz alcalde de marras, propuso la derogación del acuerdo y luego en privado autorizó dos permisos para que familiares suyos, construyeran edificios en el fraccionamiento Chapultepec, pese a la legal y tenaz oposición de los residentes. Terminada la firma, el efímero alcalde, hoy diputado (PVEM) levantó el vuelo y no asistió a la toma de posesión de la nueva alcaldesa, dejando sólo, el oscuro recuerdo, de aquella noche siniestra.

(El autor es Cronista de la ciudad y catedrático del CUT)

Correo electrónico: marioortizvillacorta@gmail.com

El 30 de octubre de 2021, a media noche, para amanecer el 31, el exalcalde de Tijuana, Arturo González Cruz, acompañado por Iván Carpio (futuro y oscuro Fiscal estatal), un piquete de soldados y otros personajes, tomó por asalto, la oficina de la alcaldesa Ruiz MaCfarland, eso sí, con autorización del Congreso Local y esperó en ella hasta el amanecer, para citar a Cabildo y tomar posesión oficiosamente de la presidencia. Esta fue la tercera vez, en un mismo período como alcalde, puesto al que llegó por Morena, pero ahora, ilegalmente, aun cuando tuviera permiso del Congreso Local, el cual se reunió virtualmente por órdenes de quién sabe quién (de la gobernadora, de Morena, o los que dirigen el Congreso: Medina y Guerrero) con el sólo y vergonzoso propósito de romper un acuerdo de Cabildo: el dar a los municipios, como lo establece el Artículo 115º Constitucional: la administración de la CESPT. Este acto reviste grave trascendencia. Por primea vez, en la historia de Tijuana, se rompe el orden constitucional, generado y solapado por autoridades federales, estatales y municipales, sin ningún respeto a la alcaldesa Karla Ruiz, en funciones y como una burla a la ciudadanía. El asalto se produjo a la media noche, con los agravantes de premeditación, alevosía, ventaja y agregando, la nocturnidad (lo que hasta el siglo XIX se tomaba como agravante). A lo largo de su fallido ejercicio como alcalde, esta persona había dado muestras de conducta soberbia y autoritaria. Incluso, contra algunas funcionarias, como fue el caso del trato dado a la Sindico Meli Espinoza. Su comportamiento frente a la Alcaldesa suplente, con la que llegó intempestivamente y sin protocolo a sustituirla, fue tal vez la muestra más escandalosa de su conducta atrabiliaria. Todo empezó el día anterior al asalto. Se rumoraba que algo iba a pasar, pues se sabía, que la gobernadora entrante, estaba inconforme con el acuerdo de Cabildo, aceptando el control de la Cespt propuesto por el Gobernador Jaime Bonilla, al que quedaba sólo un mes de gobierno. Esa mañana, dos regidoras de cuyo nombre no quiero acordarme, levantaron el desorden en la sesión de Cabildo y pronto se les unieron otros, hasta que lograron “reventar” la asamblea, por lo que la alcaldesa propuso un receso, del cual ya nunca volvió. Así las cosas, a la mañana siguiente, ante un Cabildo incompleto, el fugaz alcalde de marras, propuso la derogación del acuerdo y luego en privado autorizó dos permisos para que familiares suyos, construyeran edificios en el fraccionamiento Chapultepec, pese a la legal y tenaz oposición de los residentes. Terminada la firma, el efímero alcalde, hoy diputado (PVEM) levantó el vuelo y no asistió a la toma de posesión de la nueva alcaldesa, dejando sólo, el oscuro recuerdo, de aquella noche siniestra.

(El autor es Cronista de la ciudad y catedrático del CUT)

Correo electrónico: marioortizvillacorta@gmail.com