/ martes 23 de enero de 2024

Crónicas Tijuanenses | Planear el futuro, pero...

La vida urbana en Tijuana actualmente, es caótica, desordenada y los habitantes deambulamos diariamente, en un ambiente de inseguridad, con dificultad para trasladarnos en nuestros vehículos o en el transporte público. No hay orden en les calles ni suficiente vigilancia policíaca ni educación en automovilistas o en operadores del transporte colectivo, de carga o de servicios. Los transeúntes no podemos desplazarnos con facilidad en las calles del centro o en colonias, por su mal trazo, sin mantenimiento y el excesivo comercio ambulante. Doquier, tiraderos de basura, de aguas negras, de obstáculos.

En los últimos años, las autoridades, emanadas de diversos partidos, han tratado inútilmente de resolver los problemas urbanos. Pero no lo pueden lograr, porque a lo largo de los años también, ha campeado la improvisación, el amiguismo en el nombramiento de funcionarios incompetentes, la inmediatez, la corrupción y la simulación.

En cada trienio se realizan foros para “taparle el ojo al macho” en los que se invita a ciudadanos para planear lo que se va hacer durante el ejercicio gubernamental. Planes que luego se realizan a medias o ser olvidan. Todo esto sin que destaquemos el que muchas veces las obras se realizan para negociar prevendas personales (vulgo,“moche”).

La ciudad ha sido mal planeada desde su fundación virtual. La primera aduana (1874) se construyó a orillas del Río. Con las lluvias, una creciente del Río la destruyó, por lo que se cambió a la primera y revolución. Cuando se elaboró el plano, el de 1889, se hizo a semejanza de la ciudad de filadelfia, ciudad plana y Tijuana está formada por innumerables colinas y cañadas. Cuando se empezó a poblar, se hizo de manera irregular, se modificaron calles, y las diagonales del plano original desaparecieron. Sólo quedaba la diagonal con dos cuadras en donde se instaló la feria de Tijuana en 1915 y luego de su cierre, construyeron en ella el primer edificio del gobierno de la naciente ciudad (1922). Años después, la “Argüello”, se convirtió en la Plaza Santa Cecilia.

Dependencias gubernamentales e instituciones empresariales, han realizado programas de desarrollo urbano a mediano y largo plazo. Desgraciadamente nunca se llevan a cabo por la ineptitud o la corrupción de funcionarios que permiten e incluso autorizan la construcción de edificaciones o fraccionamientos, en lugares inadecuados o en sitios reservados, como parques y arroyos. Surgen luego ideas geniales, como utilizar la canalización del Río Tijuana para vehículos que cruzan la frontera. Se habla de proyectos fallidos como el SITT o del “Viaducto elevado”. Todo eso, si no está planeado en forma integral y con visión de futuro, no servirá.

Envío: ¿Cuánto costó viaje a Davo? ¿Cuánto, pagar enfermeros del HGT?

La vida urbana en Tijuana actualmente, es caótica, desordenada y los habitantes deambulamos diariamente, en un ambiente de inseguridad, con dificultad para trasladarnos en nuestros vehículos o en el transporte público. No hay orden en les calles ni suficiente vigilancia policíaca ni educación en automovilistas o en operadores del transporte colectivo, de carga o de servicios. Los transeúntes no podemos desplazarnos con facilidad en las calles del centro o en colonias, por su mal trazo, sin mantenimiento y el excesivo comercio ambulante. Doquier, tiraderos de basura, de aguas negras, de obstáculos.

En los últimos años, las autoridades, emanadas de diversos partidos, han tratado inútilmente de resolver los problemas urbanos. Pero no lo pueden lograr, porque a lo largo de los años también, ha campeado la improvisación, el amiguismo en el nombramiento de funcionarios incompetentes, la inmediatez, la corrupción y la simulación.

En cada trienio se realizan foros para “taparle el ojo al macho” en los que se invita a ciudadanos para planear lo que se va hacer durante el ejercicio gubernamental. Planes que luego se realizan a medias o ser olvidan. Todo esto sin que destaquemos el que muchas veces las obras se realizan para negociar prevendas personales (vulgo,“moche”).

La ciudad ha sido mal planeada desde su fundación virtual. La primera aduana (1874) se construyó a orillas del Río. Con las lluvias, una creciente del Río la destruyó, por lo que se cambió a la primera y revolución. Cuando se elaboró el plano, el de 1889, se hizo a semejanza de la ciudad de filadelfia, ciudad plana y Tijuana está formada por innumerables colinas y cañadas. Cuando se empezó a poblar, se hizo de manera irregular, se modificaron calles, y las diagonales del plano original desaparecieron. Sólo quedaba la diagonal con dos cuadras en donde se instaló la feria de Tijuana en 1915 y luego de su cierre, construyeron en ella el primer edificio del gobierno de la naciente ciudad (1922). Años después, la “Argüello”, se convirtió en la Plaza Santa Cecilia.

Dependencias gubernamentales e instituciones empresariales, han realizado programas de desarrollo urbano a mediano y largo plazo. Desgraciadamente nunca se llevan a cabo por la ineptitud o la corrupción de funcionarios que permiten e incluso autorizan la construcción de edificaciones o fraccionamientos, en lugares inadecuados o en sitios reservados, como parques y arroyos. Surgen luego ideas geniales, como utilizar la canalización del Río Tijuana para vehículos que cruzan la frontera. Se habla de proyectos fallidos como el SITT o del “Viaducto elevado”. Todo eso, si no está planeado en forma integral y con visión de futuro, no servirá.

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