/ martes 6 de febrero de 2024

Crónicas Tijuanenses | Programas Metropolitano y de Desarrollo Urbano

Programas y planes van desde hace años y las cosas siguen siempre igual. Hoy como antes autoridades estatales y municipales de las diversas dependencias, anuncian la consulta popular del Programa Metropolitano de Tijuana y por su parte el ayuntamiento a través de sus organismos de planeación, dos planes de desarrollo urbano del municipio de Tijuana para los próximos años. Como en ejercicios anteriores.

El problema es que planes y programas no son respetados. Por ejemplo, en Playas de Tijuana, nunca debieron mutilarse los tres parques que se diseñaron desde la fundación del fraccionamiento, como superficies verdes que desde la playa hasta el borde de la carretera escénica. Éstos, permanecieron intactos hasta que dejó de existir legalmente la Compañía Urbanizadora de Playas de Tijuana.

Como quedaban cuentas pendientes, en los años noventa, se creó la compañía Incobursa, para los trámites de liquidación; pero aún después de desaparecida ésta, todavía se siguieron realizando compra-ventas de terrenos a terceros. Con permisos de los nuevos gobiernos estatales y municipales después de 1989.

Empezaron a aparecer dueños de terrenos en los mismos parques; incluso, en zonas protegidas como La Cañada de los Sauces, donde se han construido cuatro torres, desapareciendo diversas especies de fauna y flora endémica, las cuales, a sólo unos pasos, del otro lado, en la misma corriente del arrollo que cruza por lo que queda del mutilado parque de los Sauces, son protegidos por el gobierno de Estados Unidos.

Como si fuera poco, el acceso a las playas a lo largo de la costa ha quedado vedado por propiedades construidas de manera continua. Varios ayuntamientos han permitido venta de terrenos en parte de calles y zonas de protección. Verbigracia, a la entrada del fraccionamiento, donde se han edificado hasta dos metros de la frontera, donde lo prohíbe la Constitución. Distintas organizaciones han presentado amparos, pero la justicia federal ha sido omisa ante estas violaciones. Otro caso, es el de la Cañada Azteca, que resultó ¡propiedad privada!

Por último, el Parque Morelos, que fue creado por el gobierno de Xicoténcatl Leyva (1987) con más de 400 hectáreas, de las que quedan sólo 45. Las demás, fueron vendidas a particulares. Por eso, algunas instituciones como el Museo Ámbar, el Centro Estatal de las Artes de Tijuana y el Museo del Trompo, se encuentras atrás de las zonas aledañas a la vialidad.

Lo dicho, para que planes y programas funcionen, necesitamos funcionarios honestos y comités de ciudadanos, que los vigilen.

Envío: El viernes, a pesar de la lluvia, en el Bujazán, Pedro Ochoa presentó su “novelografía”: Y muy tarde comprendí…

(El autor es Cronista de la ciudad y catedrático del CUT)

Correo electrónico: marioortizvillacorta@gmail.com

Programas y planes van desde hace años y las cosas siguen siempre igual. Hoy como antes autoridades estatales y municipales de las diversas dependencias, anuncian la consulta popular del Programa Metropolitano de Tijuana y por su parte el ayuntamiento a través de sus organismos de planeación, dos planes de desarrollo urbano del municipio de Tijuana para los próximos años. Como en ejercicios anteriores.

El problema es que planes y programas no son respetados. Por ejemplo, en Playas de Tijuana, nunca debieron mutilarse los tres parques que se diseñaron desde la fundación del fraccionamiento, como superficies verdes que desde la playa hasta el borde de la carretera escénica. Éstos, permanecieron intactos hasta que dejó de existir legalmente la Compañía Urbanizadora de Playas de Tijuana.

Como quedaban cuentas pendientes, en los años noventa, se creó la compañía Incobursa, para los trámites de liquidación; pero aún después de desaparecida ésta, todavía se siguieron realizando compra-ventas de terrenos a terceros. Con permisos de los nuevos gobiernos estatales y municipales después de 1989.

Empezaron a aparecer dueños de terrenos en los mismos parques; incluso, en zonas protegidas como La Cañada de los Sauces, donde se han construido cuatro torres, desapareciendo diversas especies de fauna y flora endémica, las cuales, a sólo unos pasos, del otro lado, en la misma corriente del arrollo que cruza por lo que queda del mutilado parque de los Sauces, son protegidos por el gobierno de Estados Unidos.

Como si fuera poco, el acceso a las playas a lo largo de la costa ha quedado vedado por propiedades construidas de manera continua. Varios ayuntamientos han permitido venta de terrenos en parte de calles y zonas de protección. Verbigracia, a la entrada del fraccionamiento, donde se han edificado hasta dos metros de la frontera, donde lo prohíbe la Constitución. Distintas organizaciones han presentado amparos, pero la justicia federal ha sido omisa ante estas violaciones. Otro caso, es el de la Cañada Azteca, que resultó ¡propiedad privada!

Por último, el Parque Morelos, que fue creado por el gobierno de Xicoténcatl Leyva (1987) con más de 400 hectáreas, de las que quedan sólo 45. Las demás, fueron vendidas a particulares. Por eso, algunas instituciones como el Museo Ámbar, el Centro Estatal de las Artes de Tijuana y el Museo del Trompo, se encuentras atrás de las zonas aledañas a la vialidad.

Lo dicho, para que planes y programas funcionen, necesitamos funcionarios honestos y comités de ciudadanos, que los vigilen.

Envío: El viernes, a pesar de la lluvia, en el Bujazán, Pedro Ochoa presentó su “novelografía”: Y muy tarde comprendí…

(El autor es Cronista de la ciudad y catedrático del CUT)

Correo electrónico: marioortizvillacorta@gmail.com