/ sábado 27 de abril de 2024

Expediente Confidencial / Llaman "fascistas" a otros... ¡y ellos exigen que los dejen serlo!

No cabe duda que la historia se repite. A finales de los sesentas e inicios de los setentas, hubo masivas protestas en los Estados Unidos por intervenir en Vietnam para frenar al comunismo. Ahora, ese mismo comunismo, rebautizado con el pomposo nombre de "progresismo", para intentar lavarse la cara de su ominoso pasado, anda organizando protestas en las universidades estadounidenses, furioso por el apoyo del gobierno de Joe Biden a Israel, en su guerra contra los terroristas de Hamas... pero también por el respaldo a Ucrania y Taiwán, perjudicial para las dictaduras rusa y china, socias de Hamas

Fíjense la casualidad y la causalidad. Aunque todos los días se pisotean los derechos humanos en China, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Rusia, Afganistán, Catar o la India, usted jamás verá manifestaciones multitudinarias exigiendo que se meta en orden a los gobiernos dictatoriales de esos países. La razón es simple: son esos gobiernos dictatoriales los que patrocinan protestas cuando les pisan los callos. Y esas protestas siempre encuentran terreno fértil en los mismos grupos: académicos, debidamente financiados por esos regímenes autoritarios para que los defiendan; artistas a quienes les encanta jugar a los bolcheviques, mientras toman el sol en su mansión de Beverly Hills; y, naturalmente, jóvenes, siempre los más idealistas y también los más manipulables por ello, máxime esta generación, tan guiada por el TikTok de la dictadura china.

A los políticos "progresistas" y su aparato mediático de propaganda les encanta llamar "fascistas" a sus opositores. Pero resulta que, en esas protestas, exigen, ni más, ni menos, que los dejen ser fascistas. Porque el fascismo tenía, como uno de sus pilares, el exterminio de los judíos. Y eso es justamente lo que quiere hacer Hamas: exterminar no solamente a Israel, sino al pueblo judío. Los estudiantes judíos temen ir a esas universidades donde esas hordas de cómplices y adoctrinados desean "cancelarlos", expulsarlos, eliminarlos. No puede haber nada más fascista que eso.

Con enorme candidez, algunos dicen que esas protestas solamente quieren parar la guerra, pero no se oponen a castigar a Hamas. Permítanme reír. Basta leer las declaraciones cínicas de Khalil al-Hayya, uno de los dirigentes de Hamas, ofreciendo una tregua de "cinco años" a Israel, a cambio de que se genere un estado palestino, se perdonen los crímenes de Hamas -entre estos, hay que recordar, asesinatos de niñas, niños, adultos mayores y mujeres, así como múltiples violaciones sexuales-, se conviertan en un partido político y esos mismos terroristas, ya debidamente perdonados, se transformen en el ejército de Palestina ¿Y su nieve de qué la quieren? Ah, y no lo olvide: eso solamente le garantiza cinco años de paz a Israel. O más bien, de emplazamiento, porque después de esos cinco años se acabaría la paz y pues a entonar de nuevo eso de "desde el río hasta el mar...", o sea, a matar israelíes hasta que se vayan de ahí. Es decir, más fascismo.

Es lo típico del "progresismo": exigir que se perdone a los criminales, independientemente de las atrocidades que han cometido; permitirles, convertidos en "respetables" políticos, que asciendan al poder; y darles carta abierta para exterminar, como mejor les parezca, a la gente buena que se les oponga. Lo mismo que exigen Hamas y sus hordas de seguidores, es lo que exige Petro para los narcos en Colombia, y lo que los etarras ya consiguieron, por desgracia, en el País Vasco.

Los que defienden por interés a Hamas son sus cómplices. Y a quienes defienden a esos y otros terroristas por candidez, les hacemos una atenta sugerencia: ofrendarle una de sus hijas o su madre a Hamas, para que esos "angelitos" las torturen martillándoles, vivas, docenas de clavos en los muslos y la ingle, luego las violen y, finalmente, las maten y quemen su cadáver, como el propio New York Times encontró que hicieron con decenas de mujeres en los kibutz israelíes, durante su atentado del 7 de octubre. Vamos a ver si luego de tal cosa, esos defensores incautos de Hamas siguen entonando, con la misma alegría "desde el río hasta el mar... " y continúan amando esas protestas antisemitas. Aunque, quizás, ni haga falta que ofrenden a sus parientes. Si seguimos así, la sentencia de Niemöller no tardará en caer sobre nosotr@s...

LECTURA: Para quienes gusten ver la auténtica cara de Hamas, más allá de la propaganda mediática en su favor, les invitamos a leer el reportaje que el NYT publicó, en marzo de este año, sobre las atrocidades cometidas por esos terroristas, el 7 de octubre de 2023, en su ataque contra Israel: https://www.nytimes.com/2023/12/28/world/middleeast/oct-7-attacks-hamas-israel-sexual-violence.html

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

No cabe duda que la historia se repite. A finales de los sesentas e inicios de los setentas, hubo masivas protestas en los Estados Unidos por intervenir en Vietnam para frenar al comunismo. Ahora, ese mismo comunismo, rebautizado con el pomposo nombre de "progresismo", para intentar lavarse la cara de su ominoso pasado, anda organizando protestas en las universidades estadounidenses, furioso por el apoyo del gobierno de Joe Biden a Israel, en su guerra contra los terroristas de Hamas... pero también por el respaldo a Ucrania y Taiwán, perjudicial para las dictaduras rusa y china, socias de Hamas

Fíjense la casualidad y la causalidad. Aunque todos los días se pisotean los derechos humanos en China, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Rusia, Afganistán, Catar o la India, usted jamás verá manifestaciones multitudinarias exigiendo que se meta en orden a los gobiernos dictatoriales de esos países. La razón es simple: son esos gobiernos dictatoriales los que patrocinan protestas cuando les pisan los callos. Y esas protestas siempre encuentran terreno fértil en los mismos grupos: académicos, debidamente financiados por esos regímenes autoritarios para que los defiendan; artistas a quienes les encanta jugar a los bolcheviques, mientras toman el sol en su mansión de Beverly Hills; y, naturalmente, jóvenes, siempre los más idealistas y también los más manipulables por ello, máxime esta generación, tan guiada por el TikTok de la dictadura china.

A los políticos "progresistas" y su aparato mediático de propaganda les encanta llamar "fascistas" a sus opositores. Pero resulta que, en esas protestas, exigen, ni más, ni menos, que los dejen ser fascistas. Porque el fascismo tenía, como uno de sus pilares, el exterminio de los judíos. Y eso es justamente lo que quiere hacer Hamas: exterminar no solamente a Israel, sino al pueblo judío. Los estudiantes judíos temen ir a esas universidades donde esas hordas de cómplices y adoctrinados desean "cancelarlos", expulsarlos, eliminarlos. No puede haber nada más fascista que eso.

Con enorme candidez, algunos dicen que esas protestas solamente quieren parar la guerra, pero no se oponen a castigar a Hamas. Permítanme reír. Basta leer las declaraciones cínicas de Khalil al-Hayya, uno de los dirigentes de Hamas, ofreciendo una tregua de "cinco años" a Israel, a cambio de que se genere un estado palestino, se perdonen los crímenes de Hamas -entre estos, hay que recordar, asesinatos de niñas, niños, adultos mayores y mujeres, así como múltiples violaciones sexuales-, se conviertan en un partido político y esos mismos terroristas, ya debidamente perdonados, se transformen en el ejército de Palestina ¿Y su nieve de qué la quieren? Ah, y no lo olvide: eso solamente le garantiza cinco años de paz a Israel. O más bien, de emplazamiento, porque después de esos cinco años se acabaría la paz y pues a entonar de nuevo eso de "desde el río hasta el mar...", o sea, a matar israelíes hasta que se vayan de ahí. Es decir, más fascismo.

Es lo típico del "progresismo": exigir que se perdone a los criminales, independientemente de las atrocidades que han cometido; permitirles, convertidos en "respetables" políticos, que asciendan al poder; y darles carta abierta para exterminar, como mejor les parezca, a la gente buena que se les oponga. Lo mismo que exigen Hamas y sus hordas de seguidores, es lo que exige Petro para los narcos en Colombia, y lo que los etarras ya consiguieron, por desgracia, en el País Vasco.

Los que defienden por interés a Hamas son sus cómplices. Y a quienes defienden a esos y otros terroristas por candidez, les hacemos una atenta sugerencia: ofrendarle una de sus hijas o su madre a Hamas, para que esos "angelitos" las torturen martillándoles, vivas, docenas de clavos en los muslos y la ingle, luego las violen y, finalmente, las maten y quemen su cadáver, como el propio New York Times encontró que hicieron con decenas de mujeres en los kibutz israelíes, durante su atentado del 7 de octubre. Vamos a ver si luego de tal cosa, esos defensores incautos de Hamas siguen entonando, con la misma alegría "desde el río hasta el mar... " y continúan amando esas protestas antisemitas. Aunque, quizás, ni haga falta que ofrenden a sus parientes. Si seguimos así, la sentencia de Niemöller no tardará en caer sobre nosotr@s...

LECTURA: Para quienes gusten ver la auténtica cara de Hamas, más allá de la propaganda mediática en su favor, les invitamos a leer el reportaje que el NYT publicó, en marzo de este año, sobre las atrocidades cometidas por esos terroristas, el 7 de octubre de 2023, en su ataque contra Israel: https://www.nytimes.com/2023/12/28/world/middleeast/oct-7-attacks-hamas-israel-sexual-violence.html

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com