/ jueves 7 de septiembre de 2023

Fuera de Agenda | Vientos sucesorios en las FA

Septiembre suele ser un mes de actos simbólicos para las fuerzas armadas mexicanas, y al comenzar el último año en funciones de los titulares de Marina y Defensa Nacional, cualquier nombramiento y asignación en la cúpula militar adquiere un matiz sucesorio. El escenario de inestabilidad provocado por la crisis de seguridad interior que vive la mayor parte del país, coloca en una situación muy compleja a los altos mandos militares. Las disputas políticas que trae aparejado la irrupción de los posibles candidatos presidenciales del partido en el poder y la oposición, abonan a este escenario donde todo puede cambiar de último momento.

No ayuda la mala relación que tiene el almirante Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina conocido por su discreción, seriedad, y renuencia al escrutinio público, con el general Luis Crescencio Sandoval González, el titular de la Defensa Nacional sobre el que pesan sospechas de corrupción por los tours de su familia en primera clase a Europa con cargo al erario, el lujoso departamento adquirido con recursos que levantan suspicacias, y que dista mucho del bajo perfil que solían tener funcionarios de su rango en administraciones pasadas. Abona a la desconfianza la opacidad y nula rendición de cuentas en el uso de recursos públicos en obras de infraestructura como el AIFA, Tren Maya, sucursales del Banco del Bienestar, por mencionar algunos.

El mes patrio comenzó con cambios en la plana mayor de la Sedena donde se oficializó el retiro de varios generales de división. Uno de ellos fue el subsecretario Agustin Radilla Suástegui quien dejó su lugar a su colega Gabriel García Rincón, un oficial de infantería que si algo sabe es cómo se manejaron los dineros en la dependencia a su paso de más de un año como Oficial Mayor. Militar de todas las confianzas del general Sandoval, el nuevo subsecretario tiene una sólida formación castrense (pasó por Fort Benning, Georgia, y por el Colegio de Inteligencia de los Estados Unidos) y tendrá 64 años cuando esté definido en las urnas quién encabezará la presidencia la República, es decir un año abajo de la edad límite para pasar a retiro.

Se dice que el comandante de la parada militar del 16 de septiembre, un año antes de que se conozca al nuevo presidente de México, es una señal de quién estará entre la terna de recomendados por el secretario al presidente electo. Así ocurrió en algunas ocasiones anteriores donde incluso surgieron dos titulares del ramo. El próximo desfile de Independencia estará encabezado por el general de división Ricardo Trevilla Trejo, jefe de Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional. A diferencia de su colega García Rincón que tiene una hoja de servicios con más responsabilidades operativas en distintas partes del país, el general Trevilla ha hecho su carrera militar más en cargos administrativos. Abona su paso como jefe de comunicación social que lo hace ser viejo conocido de algunos periodistas en la capital del país

En la Armada de México suele haber un proceso de relevo en el alto mando que pocas veces responde a una quiniela o a las preferencias de quien deja el cargo, por lo que amerita un análisis aparte.

Si la inestabilidad del país pinta para que en lo político sea una sucesión de pronóstico reservado, en lo militar puede ser un factor a tomar en cuenta.

@velediaz424

Septiembre suele ser un mes de actos simbólicos para las fuerzas armadas mexicanas, y al comenzar el último año en funciones de los titulares de Marina y Defensa Nacional, cualquier nombramiento y asignación en la cúpula militar adquiere un matiz sucesorio. El escenario de inestabilidad provocado por la crisis de seguridad interior que vive la mayor parte del país, coloca en una situación muy compleja a los altos mandos militares. Las disputas políticas que trae aparejado la irrupción de los posibles candidatos presidenciales del partido en el poder y la oposición, abonan a este escenario donde todo puede cambiar de último momento.

No ayuda la mala relación que tiene el almirante Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina conocido por su discreción, seriedad, y renuencia al escrutinio público, con el general Luis Crescencio Sandoval González, el titular de la Defensa Nacional sobre el que pesan sospechas de corrupción por los tours de su familia en primera clase a Europa con cargo al erario, el lujoso departamento adquirido con recursos que levantan suspicacias, y que dista mucho del bajo perfil que solían tener funcionarios de su rango en administraciones pasadas. Abona a la desconfianza la opacidad y nula rendición de cuentas en el uso de recursos públicos en obras de infraestructura como el AIFA, Tren Maya, sucursales del Banco del Bienestar, por mencionar algunos.

El mes patrio comenzó con cambios en la plana mayor de la Sedena donde se oficializó el retiro de varios generales de división. Uno de ellos fue el subsecretario Agustin Radilla Suástegui quien dejó su lugar a su colega Gabriel García Rincón, un oficial de infantería que si algo sabe es cómo se manejaron los dineros en la dependencia a su paso de más de un año como Oficial Mayor. Militar de todas las confianzas del general Sandoval, el nuevo subsecretario tiene una sólida formación castrense (pasó por Fort Benning, Georgia, y por el Colegio de Inteligencia de los Estados Unidos) y tendrá 64 años cuando esté definido en las urnas quién encabezará la presidencia la República, es decir un año abajo de la edad límite para pasar a retiro.

Se dice que el comandante de la parada militar del 16 de septiembre, un año antes de que se conozca al nuevo presidente de México, es una señal de quién estará entre la terna de recomendados por el secretario al presidente electo. Así ocurrió en algunas ocasiones anteriores donde incluso surgieron dos titulares del ramo. El próximo desfile de Independencia estará encabezado por el general de división Ricardo Trevilla Trejo, jefe de Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional. A diferencia de su colega García Rincón que tiene una hoja de servicios con más responsabilidades operativas en distintas partes del país, el general Trevilla ha hecho su carrera militar más en cargos administrativos. Abona su paso como jefe de comunicación social que lo hace ser viejo conocido de algunos periodistas en la capital del país

En la Armada de México suele haber un proceso de relevo en el alto mando que pocas veces responde a una quiniela o a las preferencias de quien deja el cargo, por lo que amerita un análisis aparte.

Si la inestabilidad del país pinta para que en lo político sea una sucesión de pronóstico reservado, en lo militar puede ser un factor a tomar en cuenta.

@velediaz424