/ viernes 21 de julio de 2023

El Espectador | Corcholatas meten mano en Puebla 

La pugna entre las corcholatas de Morena a nivel federal se replica hoy en día en los estados que renovarán su gubernatura en el 2024, en los que cada uno de los suspirantes a la candidatura presidencial cobija a perfiles locales que forman parte de su estructura y que compiten también de manera interna en el partido para ser finalmente abanderados de manera oficial. El caso en el que el mapa de precandidatos corresponde casi perfectamente al que se percibe a escala nacional es el de Puebla, en el que la mayoría de las corcholatas morenistas tienen metidas las manos, incluyendo a aspirantes de oposición que, por lo menos en algunos momentos del actual sexenio, se les vieron con oportunidades de victoria.

De hecho, en los cálculos que hacía algunos meses el Partido Acción Nacional, la entidad poblana era una plaza que se debía ganar, pues, hasta el fallecido gobernador Luis Miguel Barbosa, llegó a apoyar en su momento las aspiraciones del hoy presidente municipal de su ciudad capital, el panista Eduardo Rivera. Pero las cosas han cambiado diametralmente: ni Barbosa está en el poder ni Rivera es víctima del también desaparecido exgobernador poblano Rafael Moreno Valle, quien involuntariamente hizo crecer la imagen del alcalde de la Angelópolis, al obstaculizar el trabajo de su correligionario durante su primera gestión en el Ayuntamiento.

Las nuevas tendencias indican que el próximo gobernador en el estado será emanado de Morena, por lo que los presidenciables Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Ricardo Monreal mueven a sus respectivas fichas en el tablero, de tal forma que en el corto plazo éstas movilicen estructuras útiles para vencer en la encuesta y, después, aseguren para su equipo la gubernatura de la entidad. La exjefa de Gobierno de la Ciudad de México tiene como candidato y operador en Puebla a Julio Huerta Gómez, primo del exgobernador Barbosa Huerta. Renunció hace un par de semanas a su cargo como secretario de Gobierno de la administración estatal y se declaró coordinador del proyecto político de la aspirante presidencial.

Adán Augusto López Hernández quiso tomar el control del estado desde los sucesos del pasado diciembre, cuando el congreso local tuvo que designar por ausencia a un nuevo gobernador, pero las fuerzas políticas locales le salieron al paso y, en una sesión exprés del congreso, nombraron como interino a Sergio Salomón Céspedes, aseguran que por instrucciones de la esposa del finado. El extitular de la Segob persevera en su intento de control con el diputado Ignacio Mier Velazco como ariete, el también líder de la Junta de Coordinación Política en la Cámara Baja busca la gubernatura en una lucha en la que participa además su primo Alejandro Armenta Mier, presidente de la Mesa Directiva del Senado y ahijado político de la corcholata Ricardo Monreal.

Marcelo Ebrard, el excanciller, se conforma en esta entidad con tan sólo un coordinador de su movimiento, el diputado federal Juan Carlos Natale, pero sin posibilidad alguna de colarse en una pugna que estará entre los que, ya sea de uno u otro lado, guardan la categoría de “primos”.


La pugna entre las corcholatas de Morena a nivel federal se replica hoy en día en los estados que renovarán su gubernatura en el 2024, en los que cada uno de los suspirantes a la candidatura presidencial cobija a perfiles locales que forman parte de su estructura y que compiten también de manera interna en el partido para ser finalmente abanderados de manera oficial. El caso en el que el mapa de precandidatos corresponde casi perfectamente al que se percibe a escala nacional es el de Puebla, en el que la mayoría de las corcholatas morenistas tienen metidas las manos, incluyendo a aspirantes de oposición que, por lo menos en algunos momentos del actual sexenio, se les vieron con oportunidades de victoria.

De hecho, en los cálculos que hacía algunos meses el Partido Acción Nacional, la entidad poblana era una plaza que se debía ganar, pues, hasta el fallecido gobernador Luis Miguel Barbosa, llegó a apoyar en su momento las aspiraciones del hoy presidente municipal de su ciudad capital, el panista Eduardo Rivera. Pero las cosas han cambiado diametralmente: ni Barbosa está en el poder ni Rivera es víctima del también desaparecido exgobernador poblano Rafael Moreno Valle, quien involuntariamente hizo crecer la imagen del alcalde de la Angelópolis, al obstaculizar el trabajo de su correligionario durante su primera gestión en el Ayuntamiento.

Las nuevas tendencias indican que el próximo gobernador en el estado será emanado de Morena, por lo que los presidenciables Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Ricardo Monreal mueven a sus respectivas fichas en el tablero, de tal forma que en el corto plazo éstas movilicen estructuras útiles para vencer en la encuesta y, después, aseguren para su equipo la gubernatura de la entidad. La exjefa de Gobierno de la Ciudad de México tiene como candidato y operador en Puebla a Julio Huerta Gómez, primo del exgobernador Barbosa Huerta. Renunció hace un par de semanas a su cargo como secretario de Gobierno de la administración estatal y se declaró coordinador del proyecto político de la aspirante presidencial.

Adán Augusto López Hernández quiso tomar el control del estado desde los sucesos del pasado diciembre, cuando el congreso local tuvo que designar por ausencia a un nuevo gobernador, pero las fuerzas políticas locales le salieron al paso y, en una sesión exprés del congreso, nombraron como interino a Sergio Salomón Céspedes, aseguran que por instrucciones de la esposa del finado. El extitular de la Segob persevera en su intento de control con el diputado Ignacio Mier Velazco como ariete, el también líder de la Junta de Coordinación Política en la Cámara Baja busca la gubernatura en una lucha en la que participa además su primo Alejandro Armenta Mier, presidente de la Mesa Directiva del Senado y ahijado político de la corcholata Ricardo Monreal.

Marcelo Ebrard, el excanciller, se conforma en esta entidad con tan sólo un coordinador de su movimiento, el diputado federal Juan Carlos Natale, pero sin posibilidad alguna de colarse en una pugna que estará entre los que, ya sea de uno u otro lado, guardan la categoría de “primos”.