/ viernes 8 de septiembre de 2023

El Espectador | Una vocecita que le habla al oído a Xóchitl 

El pasado 3 de septiembre, durante el evento en el que Xóchitl Gálvez recibió la constancia como la responsable nacional de la Construcción del Frente Amplio por México, a los líderes de los partidos de oposición se les revelaron las primeras grandes complicaciones con las que se encontrarán en el, ya de por sí complicado, camino para convertir a la hidalguense en una candidata competitiva para la presidencia: la influencia que tiene en las decisiones de la senadora su hijo Juan Pablo Sánchez Gálvez. De acuerdo con diversas fuentes a las que tuvo acceso este reportero, el joven Sánchez Gálvez ha empezado a tomar decisiones importantes en las actividades de su madre, algo que no es del todo bien visto por quienes se dicen especialistas en la política, pero consentido en todo momento por la propia aspirante, quien asegura y justifica que para crecer frente a su rival Claudia Sheinbaum necesita de ideas nuevas y disruptivas, como las que se esfuerza su hijo por ofrecerle cada día.

Las anécdotas sobre las disruptivas ideas del vástago empiezan ya a surgir, la primera precisamente de aquel domingo en que se oficializaron las aspiraciones de Xóchitl frente al Ángel de la Independencia. Cuentan que al joven se le ocurrió la idea de que en el mencionado acto la senadora debía subirse a la parte más alta del monumento, para lograr una foto en la que apareciera levantando la mano justo junto a la figura alada de color dorado. El propagandista Aldo Campuzano secundaba esa propuesta, aunque quizá la misma vino de sus propias ocurrencias. En los momentos en los que Xóchitl Gálvez puso sobre la mesa esta idea, el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, salió al paso, cuestionó en primera instancia si el llegar hasta la última plataforma del monumento era una real posibilidad, y la respuesta fue que se tenía todo bajo control porque se contaba con el apoyo de la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, que ella estaba dispuesta a entregarles la llave.

La segunda pregunta de Alito se refirió a si el acceso a esa parte del Ángel de la Independencia se encontraba disponible para cualquier ciudadano y visitante del Paseo de la Reforma. En esta ocasión la respuesta fue un “no”, por lo que Moreno Cárdenas increpó de inmediato a la futura candidata y le explicó que, si en su campaña ella quiere presentarse como cualquier ciudadana, no puede acceder a privilegios que le brindan su posición y sus amistades. Con estos últimos argumentos Xóchitl finalmente entendió y desistió en la idea de volar tan alto como un ángel. Pero Alito insistió en lo que ya era una reprimenda, y le recomendó que se alejara de las ocurrencias, sin saber claro que la idea venía de aquel que ejerce en ella la mayor influencia y de quien, por alguna razón, se ha convertido en su estratega de cabecera. ¿Será Juan Pablo Sánchez Gálvez un activo importante de la campaña de la oposición o terminará siendo un lastre?


El pasado 3 de septiembre, durante el evento en el que Xóchitl Gálvez recibió la constancia como la responsable nacional de la Construcción del Frente Amplio por México, a los líderes de los partidos de oposición se les revelaron las primeras grandes complicaciones con las que se encontrarán en el, ya de por sí complicado, camino para convertir a la hidalguense en una candidata competitiva para la presidencia: la influencia que tiene en las decisiones de la senadora su hijo Juan Pablo Sánchez Gálvez. De acuerdo con diversas fuentes a las que tuvo acceso este reportero, el joven Sánchez Gálvez ha empezado a tomar decisiones importantes en las actividades de su madre, algo que no es del todo bien visto por quienes se dicen especialistas en la política, pero consentido en todo momento por la propia aspirante, quien asegura y justifica que para crecer frente a su rival Claudia Sheinbaum necesita de ideas nuevas y disruptivas, como las que se esfuerza su hijo por ofrecerle cada día.

Las anécdotas sobre las disruptivas ideas del vástago empiezan ya a surgir, la primera precisamente de aquel domingo en que se oficializaron las aspiraciones de Xóchitl frente al Ángel de la Independencia. Cuentan que al joven se le ocurrió la idea de que en el mencionado acto la senadora debía subirse a la parte más alta del monumento, para lograr una foto en la que apareciera levantando la mano justo junto a la figura alada de color dorado. El propagandista Aldo Campuzano secundaba esa propuesta, aunque quizá la misma vino de sus propias ocurrencias. En los momentos en los que Xóchitl Gálvez puso sobre la mesa esta idea, el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, salió al paso, cuestionó en primera instancia si el llegar hasta la última plataforma del monumento era una real posibilidad, y la respuesta fue que se tenía todo bajo control porque se contaba con el apoyo de la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, que ella estaba dispuesta a entregarles la llave.

La segunda pregunta de Alito se refirió a si el acceso a esa parte del Ángel de la Independencia se encontraba disponible para cualquier ciudadano y visitante del Paseo de la Reforma. En esta ocasión la respuesta fue un “no”, por lo que Moreno Cárdenas increpó de inmediato a la futura candidata y le explicó que, si en su campaña ella quiere presentarse como cualquier ciudadana, no puede acceder a privilegios que le brindan su posición y sus amistades. Con estos últimos argumentos Xóchitl finalmente entendió y desistió en la idea de volar tan alto como un ángel. Pero Alito insistió en lo que ya era una reprimenda, y le recomendó que se alejara de las ocurrencias, sin saber claro que la idea venía de aquel que ejerce en ella la mayor influencia y de quien, por alguna razón, se ha convertido en su estratega de cabecera. ¿Será Juan Pablo Sánchez Gálvez un activo importante de la campaña de la oposición o terminará siendo un lastre?