/ miércoles 13 de octubre de 2021

Desde la tribuna | Que no le suceda al Sports Arena lo que le pasó al Qualcomm

Tanto se ha hablado de la construcción del nuevo estadio en Mission Valley, que pertenecerá a la Universidad Estatal de San Diego, que la expectativa cada vez aumenta.

Se ve como un estadio para alrededor de 35,000 seguidores, más o menos, y expandible en caso de que sea necesario para albergar algún tazón, si el sueño del retorno de la NFL a la ciudad se cumple o inclusive un juego de la selección mexicana de futbol o algún concierto.

Pero, con todo lo que ilusiona el inmueble que estará listo para el siguiente año, principalmente para el equipo de futbol americano de la universidad y con muchas temporadas buenas en el horizonte, no se deja de añorar lo que ofreció el Qualcomm Stadium, Jack Murphy Stadium, San Diego Stadium o el más recientemente nombrado como San Diego County Credit Union Stadium.

Y es que quedaron ahí muchos recuerdos en las hoy demolidas e inexistentes paredes de uno de los colosos de California que poco a poco se fue haciendo viejo y nunca se renovó, al grado de ser obsoleto.

Lo suficiente para desaparecer y, de paso, no permitir la estadía de los Chargers y enviar a los Aztecs a jugar a Carson mientras su nueva casa está lista.

Justo eso se intenta evitar con el hoy conocido como Pechanga Arena.

Ese recinto, que comenzó operaciones en 1966, se ha convertido en la casa oficial del hockey, futbol de sala, hasta baloncesto y ahora lacrosse y futbol americano bajo techo, sin olvidar box, lucha libre y artes marciales mixtas. Se está buscando salvar.

Con pocas obras de retoques, no precisamente de remodelación, se ha tenido varias propuestas en los últimos 20 años para remodelar el lugar; se ha tenido la idea de crear un estadio de futbol a su lado, modernizar la arena, crear más centros comerciales a su alrededor y también viviendas para la población.

En 2020 parecía que se podía llegar a un acuerdo con el grupo Brookfield Properties y ASM Global, para nuevamente darle vida a la zona del Distrito Midway, sin embargo el enfoque de las viviendas no era el principal de su propuesta.

Ahora, luego de que la ciudad publicara la venta del área y con el visto bueno del estado, nuevamente este grupo ha levantado la mano y, según reportes, se ha unido a expertos en la construcción de departamentos para seguir los lineamientos establecidos por el ayuntamiento.

El 25% de la zona debe representar la construcción de las viviendas para personas de bajos ingresos y también se debe incluir en el plan una remodelación del Sports Arena o la demolición del mismo y construcción de un nuevo recinto techado.

Se tiene hasta la primera semana de diciembre para dar a conocer a los mejores postores.

Se quiere rescatar un histórico lugar que ha sido casa de muchos eventos deportivos y de entretenimiento en San Diego, para que otros equipos no se tengan que mudar, para que más cuentos se puedan contar para todas las generaciones y se siga promoviendo el deporte en ese lado de la frontera.

Tanto se ha hablado de la construcción del nuevo estadio en Mission Valley, que pertenecerá a la Universidad Estatal de San Diego, que la expectativa cada vez aumenta.

Se ve como un estadio para alrededor de 35,000 seguidores, más o menos, y expandible en caso de que sea necesario para albergar algún tazón, si el sueño del retorno de la NFL a la ciudad se cumple o inclusive un juego de la selección mexicana de futbol o algún concierto.

Pero, con todo lo que ilusiona el inmueble que estará listo para el siguiente año, principalmente para el equipo de futbol americano de la universidad y con muchas temporadas buenas en el horizonte, no se deja de añorar lo que ofreció el Qualcomm Stadium, Jack Murphy Stadium, San Diego Stadium o el más recientemente nombrado como San Diego County Credit Union Stadium.

Y es que quedaron ahí muchos recuerdos en las hoy demolidas e inexistentes paredes de uno de los colosos de California que poco a poco se fue haciendo viejo y nunca se renovó, al grado de ser obsoleto.

Lo suficiente para desaparecer y, de paso, no permitir la estadía de los Chargers y enviar a los Aztecs a jugar a Carson mientras su nueva casa está lista.

Justo eso se intenta evitar con el hoy conocido como Pechanga Arena.

Ese recinto, que comenzó operaciones en 1966, se ha convertido en la casa oficial del hockey, futbol de sala, hasta baloncesto y ahora lacrosse y futbol americano bajo techo, sin olvidar box, lucha libre y artes marciales mixtas. Se está buscando salvar.

Con pocas obras de retoques, no precisamente de remodelación, se ha tenido varias propuestas en los últimos 20 años para remodelar el lugar; se ha tenido la idea de crear un estadio de futbol a su lado, modernizar la arena, crear más centros comerciales a su alrededor y también viviendas para la población.

En 2020 parecía que se podía llegar a un acuerdo con el grupo Brookfield Properties y ASM Global, para nuevamente darle vida a la zona del Distrito Midway, sin embargo el enfoque de las viviendas no era el principal de su propuesta.

Ahora, luego de que la ciudad publicara la venta del área y con el visto bueno del estado, nuevamente este grupo ha levantado la mano y, según reportes, se ha unido a expertos en la construcción de departamentos para seguir los lineamientos establecidos por el ayuntamiento.

El 25% de la zona debe representar la construcción de las viviendas para personas de bajos ingresos y también se debe incluir en el plan una remodelación del Sports Arena o la demolición del mismo y construcción de un nuevo recinto techado.

Se tiene hasta la primera semana de diciembre para dar a conocer a los mejores postores.

Se quiere rescatar un histórico lugar que ha sido casa de muchos eventos deportivos y de entretenimiento en San Diego, para que otros equipos no se tengan que mudar, para que más cuentos se puedan contar para todas las generaciones y se siga promoviendo el deporte en ese lado de la frontera.