/ martes 16 de febrero de 2021

Expediente Confidencial | Esteban y Delfina (la mapache)

En memoria de las y los 7170 bajacalifornianas y bajacalifornianos que (oficialmente) han perdido la vida debido al Covid-19, pero, sobre todo, a la INCAPACIDAD de los gobiernos. Dedicado este texto también a todo el personal sanitario que se la está jugando, a diario. Y recordando que en TIJUANA MUEREN 21 DE CADA 100 ENFERMOS DE Covid-19, cuando EN SAN DIEGO MUERE UNO DE CADA 100.

BAJA CALIFORNIA LLEVA 78 DÍAS CONSECUTIVOS EN PRIMER LUGAR NACIONAL DE MORTALIDAD: MUEREN 16 DE CADA 100 QUE SE ENFERMAN.

MÉXICO ES EL PAÍS CON MAYOR TASA DE MORTALIDAD EN EL MUNDO: https://coronavirus.jhu.edu/data/mortality


Ayer, Esteban Moctezuma dejó formalmente la titularidad de la Secretaría de Educación Pública, si bien, de facto, ya había sido relevado desde el 21 de diciembre de 2020, cuando el presidente anunció que Delfina Gómez ocuparía su lugar, a fin de enviarlo (¿exiliado?) como embajador de México en los Estados Unidos.


En su momento, trascendió que Moctezuma se iba por negarse a reiniciar las clases presenciales, como, irresponsablemente, deseaba el presidente. Tiene sentido: la SEP anunció, el 8 de diciembre, que se ampliaría indefinidamente el programa ‘Aprende en Casa’ (las clases por TV). Y 13 días después, salió del nombramiento como embajador.


Para Moctezuma, siempre fue más importante evitar que las escuelas detonaran mayor número de contagios, máxime cuando ya asomaba la segunda ola. En la visión egoísta del gobierno y de buena parte de la sociedad, poco se repara en las niñas y niños a quienes la pandemia ha dejado huérfanos, que serían muchos más si hubiese clases presenciales, como ya quedó demostrado en Europa.


Delfina llega precisamente a eso, a reiniciar las clases presenciales, cueste lo que cueste, con docentes vacunados o no, y aunque detone una nueva ola de contagios, como seguramente pasará.


¿Por qué la obsesión con reiniciar las clases? Porque la tarea de Delfina en la SEP no es mejorar la educación, sino articular y operar la utilización de maestras y maestros en tareas electorales, para las contiendas de 2021 y 2022, claves por la cantidad de gubernaturas en juego, así como para el famoso plebiscito de revocación o no de mandato, también en 2022. Para esas tareas de mapachismo, Esteban, obviamente, no tenía pericia. Delfina si y, además, cumplida su labor en esos dos años, tendrá espacio para renunciar e irse como candidata morenista a la gubernatura del Estado de México, en 2023. Plan redondo


Maestras y maestros en casa no son tan controlables, para fines electorales, como en las aulas. Y aunque no goza de la simpatía de los empresarios, Delfina contará con el empuje de estos en su misión de reiniciar las clases presenciales, porque los ricos mexicanos consideran que pierden dinero al tener a sus empleados en ‘home office’. Por eso, a través de sus voceros, como Jorgito Castañeda, machacan y machacan con que niñas y niños deben volver a las escuelas. Ya se sabe que las vidas humanas perdidas no son problema ni para Morena, ni para los empresarios, cuando se atraviesan en sus intereses. No cabe duda, los extremos se tocan.


Finalmente, es de reconocerse que, a diferencia de quienes han ocupado la Secretaría de Educación Pública a lo largo de este siglo, Esteban Moctezuma se ganó la simpatía y el apoyo de la inmensa mayoría de maestras y maestros (la CNTE es aparte). Hay que recordar que Esteban llegó a la SEP con la etiqueta de empleado de Salinas Pliego y el mal recuerdo de su paso por la Secretaría de Gobernación, en los albores del sexenio zedillista. Quizás porque se esperaba tan poco de él, es que se va bien calificado, mejor que el propio secretario de Hacienda, Arturo Herrera, si nos atenemos a las encuestas de Mitofsky y Alejandro Moreno (+10.2 y +14 de opinión, frente a +9.3 y +1, respectivamente).


Con otro presidente, en otra época, quizás Moctezuma hubiese terminado el sexenio y devenido en presidenciable. En esta, se marcha a Washington, rumbo a una encomienda que huele a exilio, por cometer el “pecado” de anteponer la razón y la misericordia a la ambición electoral del presidente y su partido. Por ello, tan escaso en los políticos actuales, Esteban merece ser positivamente recordado.

P.D.: Si algo nos pasa es que quieren callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

En memoria de las y los 7170 bajacalifornianas y bajacalifornianos que (oficialmente) han perdido la vida debido al Covid-19, pero, sobre todo, a la INCAPACIDAD de los gobiernos. Dedicado este texto también a todo el personal sanitario que se la está jugando, a diario. Y recordando que en TIJUANA MUEREN 21 DE CADA 100 ENFERMOS DE Covid-19, cuando EN SAN DIEGO MUERE UNO DE CADA 100.

BAJA CALIFORNIA LLEVA 78 DÍAS CONSECUTIVOS EN PRIMER LUGAR NACIONAL DE MORTALIDAD: MUEREN 16 DE CADA 100 QUE SE ENFERMAN.

MÉXICO ES EL PAÍS CON MAYOR TASA DE MORTALIDAD EN EL MUNDO: https://coronavirus.jhu.edu/data/mortality


Ayer, Esteban Moctezuma dejó formalmente la titularidad de la Secretaría de Educación Pública, si bien, de facto, ya había sido relevado desde el 21 de diciembre de 2020, cuando el presidente anunció que Delfina Gómez ocuparía su lugar, a fin de enviarlo (¿exiliado?) como embajador de México en los Estados Unidos.


En su momento, trascendió que Moctezuma se iba por negarse a reiniciar las clases presenciales, como, irresponsablemente, deseaba el presidente. Tiene sentido: la SEP anunció, el 8 de diciembre, que se ampliaría indefinidamente el programa ‘Aprende en Casa’ (las clases por TV). Y 13 días después, salió del nombramiento como embajador.


Para Moctezuma, siempre fue más importante evitar que las escuelas detonaran mayor número de contagios, máxime cuando ya asomaba la segunda ola. En la visión egoísta del gobierno y de buena parte de la sociedad, poco se repara en las niñas y niños a quienes la pandemia ha dejado huérfanos, que serían muchos más si hubiese clases presenciales, como ya quedó demostrado en Europa.


Delfina llega precisamente a eso, a reiniciar las clases presenciales, cueste lo que cueste, con docentes vacunados o no, y aunque detone una nueva ola de contagios, como seguramente pasará.


¿Por qué la obsesión con reiniciar las clases? Porque la tarea de Delfina en la SEP no es mejorar la educación, sino articular y operar la utilización de maestras y maestros en tareas electorales, para las contiendas de 2021 y 2022, claves por la cantidad de gubernaturas en juego, así como para el famoso plebiscito de revocación o no de mandato, también en 2022. Para esas tareas de mapachismo, Esteban, obviamente, no tenía pericia. Delfina si y, además, cumplida su labor en esos dos años, tendrá espacio para renunciar e irse como candidata morenista a la gubernatura del Estado de México, en 2023. Plan redondo


Maestras y maestros en casa no son tan controlables, para fines electorales, como en las aulas. Y aunque no goza de la simpatía de los empresarios, Delfina contará con el empuje de estos en su misión de reiniciar las clases presenciales, porque los ricos mexicanos consideran que pierden dinero al tener a sus empleados en ‘home office’. Por eso, a través de sus voceros, como Jorgito Castañeda, machacan y machacan con que niñas y niños deben volver a las escuelas. Ya se sabe que las vidas humanas perdidas no son problema ni para Morena, ni para los empresarios, cuando se atraviesan en sus intereses. No cabe duda, los extremos se tocan.


Finalmente, es de reconocerse que, a diferencia de quienes han ocupado la Secretaría de Educación Pública a lo largo de este siglo, Esteban Moctezuma se ganó la simpatía y el apoyo de la inmensa mayoría de maestras y maestros (la CNTE es aparte). Hay que recordar que Esteban llegó a la SEP con la etiqueta de empleado de Salinas Pliego y el mal recuerdo de su paso por la Secretaría de Gobernación, en los albores del sexenio zedillista. Quizás porque se esperaba tan poco de él, es que se va bien calificado, mejor que el propio secretario de Hacienda, Arturo Herrera, si nos atenemos a las encuestas de Mitofsky y Alejandro Moreno (+10.2 y +14 de opinión, frente a +9.3 y +1, respectivamente).


Con otro presidente, en otra época, quizás Moctezuma hubiese terminado el sexenio y devenido en presidenciable. En esta, se marcha a Washington, rumbo a una encomienda que huele a exilio, por cometer el “pecado” de anteponer la razón y la misericordia a la ambición electoral del presidente y su partido. Por ello, tan escaso en los políticos actuales, Esteban merece ser positivamente recordado.

P.D.: Si algo nos pasa es que quieren callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com